El Rey destaca "la gran lección de libertad de espíritu" que nos legó Delibes

  • Madrid.- El Rey destacó hoy, en el homenaje que la Real Academia Española le rindió a Miguel Delibes, "la lealtad" que este escritor profesó a la lengua y "la gran lección de libertad de espíritu que nos ha legado, basada en la comprensión y el respeto al hombre". Y una lección también de "la tolerancia y la concordia".

Los Reyes presiden hoy el homenaje de la Real Academia Española a Delibes
Los Reyes presiden hoy el homenaje de la Real Academia Española a Delibes

Madrid.- El Rey destacó hoy, en el homenaje que la Real Academia Española le rindió a Miguel Delibes, "la lealtad" que este escritor profesó a la lengua y "la gran lección de libertad de espíritu que nos ha legado, basada en la comprensión y el respeto al hombre". Y una lección también de "la tolerancia y la concordia".

El homenaje pretendía "honrar la memoria del gran escritor" y se tributaba a quien "ha sido un hombre bueno, un castellano leal, un español cumplido, un literato cuya vida y obra pervivirán para siempre en nuestra memoria", dijo el Rey ante los hijos, nietos y hermanos de Miguel Delibes. Casi setenta miembros de la familia del escritor se desplazaron hoy a Madrid.

Numerosas autoridades asistieron también a este acto en el que los académicos Gregorio Salvador y Luis Mateo Díez glosaron la figura humana y literaria de quien, como se recordaba en un vídeo semblanza de RTVE, siempre procuró ser "un hombre sencillo que vivía sencillamente".

Los ministros de Educación y de Cultura, Ángel Gabilondo y Ángeles González-Sinde, respectivamente; el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el presidente del Congreso, José Bono, y el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, figuraban entre las autoridades que acompañaron a la familia del autor de "El camino".

De la amistad de Delibes, fallecido el pasado 12 de marzo, disfrutaron los Reyes durante muchos años. Hace tres, lo visitaron en su casa de Valladolid y le expresaron "el afecto, admiración y gratitud" que sentían hacia "un hombre íntegro y completo, ejemplo de grandeza de espíritu, de sensibilidad y humildad".

Y un hombre, prosiguió el Rey, en el que "la palabra de bellos y nítidos trazos, nunca se gasta inútilmente, nunca ha sido vana, pues refleja y sirve al hombre en toda su dimensión".

El ambiente que había en la Academia era el de los días grandes. No en vano se rendía homenaje a "un maestro en todo, un clásico ya", como subrayó Gregorio Salvador.

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