El Thyssen pretende romper con algunos de los clichés de Gauguin

  • Gauguin es uno de los artistas más representativos del Museo Thyssen Bornemisza y por ello uno de los más indicados para la celebración del veinte aniversario del museo con una ambiciosa exposición, con la que se pretende romper el cliché tan rígido en el que se le ha incluido.

Mila Trenas

Madrid, 30 sep.- Gauguin es uno de los artistas más representativos del Museo Thyssen Bornemisza y por ello uno de los más indicados para la celebración del veinte aniversario del museo con una ambiciosa exposición, con la que se pretende romper el cliché tan rígido en el que se le ha incluido.

Esa es la idea de Paloma Alarcó, conservadora del museo y comisaria de la exposición que abrirá sus puertas el 9 de octubre, para quien Gauguin, el primer bohemio del siglo XX, "es uno de los padres de la pintura moderna, el padre del primitivismo exótico que heredaron tanto los fauvistas franceses como los expresionistas alemanes", declaró durante una entrevista con Efe.

Para romper el corsé, ha seleccionado 111 obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo y que incluyen préstamos como "Matamoe" (1892), del Pushkin de Moscú; "Dos mujeres tahitianas" (1899) del Metropolitan de Nueva York o "Muchacha con abanico" (1902) del Museum Folkwang de Essen.

"Gauguin y el viaje a lo exótico" presentará al artista como "el primer viajero moderno" que emprende un viaje no con la mentalidad de ideas literarias preconcebidas "sino como una huida de la civilización occidental. Es una postura más radical. Gauguin se autoexilia, se escapa a Tahití".

Detrás de esta escapada hay una ideología muy del siglo XX, según Alarcó que ha mezclado en la exposición los componentes del viaje con una mentalidad moderna y radical y la visión del exotismo como un camino para dar salida a un nuevo lenguaje artístico.

"El exotismo primitivo es una cultura sin contaminar, de vuelta a los orígenes de la humanidad. Lo europeo es lo corrupto, lo primitivo es lo natural. Se trata de volver al jardín del Edén del que el hombre no debía haber salido nunca", comentó la comisaria.

Esta mentalidad radical y rompedora fue heredada por otros artistas que buscaron la visión idílica del hombre en relación con la naturaleza y para ello exploraron sus paraísos, en el Mar del Norte los expresionistas alemanes o en el norte de África como Matisse.

En su "viaje", Gauguin aportó un nuevo lenguaje artístico que se separa de la representación de la realidad buscando un lenguaje sintético "con el que ya no quiere representar lo que está viendo sino lo que él siente en el ambiente en el que vive, sus ensoñaciones".

Reconstruyó en sus obras el Tahití de sus sueños y lo hizo rompiendo las normas artísticas vigentes. "Gran parte de la cultura maorí se había perdido. Él quiere devolver a los nativos su cultura perdida en una visión idealizada de un Edén arcaico en donde el hombre vive tranquilamente, en perfecta sintonía con la naturaleza, la música, los colores".

La exposición se iniciará con "una invitación al viaje" a través de Eugène Delacroix, el primer viajero que tiene una respuesta moderna, y con la obra "Parau api", pintada por Gauguin en 1892 y que, según la comisaria, "explica muy bien el carácter tahitiano".

Parte fundamental serán las salas dedicadas al "Paraiso tahitiano", donde se verá "como Gauiguin quiere mostrar esa visión idílica y arcaica de Tahití pero, al mismo tiempo, como ese paraíso tiene un componente de abismo, de algo que ya nunca se va a volver a alcanzar. Algunas de las pinturas, sobre todo las últimas de su estancia en Tahití, son muy tenebrosas".

El discurso propondrá también un dialogo establecido entre Gauguin y algunos de sus herederos con obras de Monet, Rousseau, Nolde, Kirchner, Franz Marc y Otto Müller, entre otros.

Un capítulos que interesa especialmente a Paloma Alarcó es el que presentará al artista como etnógrafo.

"A Gauguin, además del Paraíso, le interesaban las gentes y sus costumbres, algo que también heredaron los artistas alemanes. Comprendió a los nativos y se enfrentó al gobierno colonial", destacó la comisaria que para este espacio ha seleccionado "unas cabezas preciosas pintadas por Nolde".

Otro apartado mostrará como Gauguin "hace una reelaboración de los grandes temas de la pintura, como el desnudo tumbado, la figura humana. Hace nuevos prototipos a través del canon exótico".

Especialmente atractiva será la exhibición de las obras de los artistas que a comienzos del siglo XX, viajaron al norte de África, persiguiendo un nuevo lenguaje basado en la luz y el color. Entre estos Kandinsky, Paul Klee, Henri Matisse y Sonia y Robert Delaunay.

Henri Matisse cerrará el círculo de una exposición "que trata de ver lo exótico como escape, como una vuelta a los orígenes. Para avanzar había que dar una vuelta atrás", en opinión de Paloma Alarcó.

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