Eva Cortés, una hondureña criada en Sevilla empeñada en ser dama del jazz

  • Madrid.- La "llegaron" a Sevilla desde su Tegucigalpa natal, previa escala en Madrid, cuando tenía sólo 4 años, pero a Eva Cortés no la arrastró el remolino flamenco de su popular barriada sino el jazz, al que dedica "El mar de mi vida", en el que colabora un "sueño" que se llama Miguel Poveda.

Eva Cortés, una hondureña criada en Sevilla empeñada en ser dama del jazz
Eva Cortés, una hondureña criada en Sevilla empeñada en ser dama del jazz

Madrid.- La "llegaron" a Sevilla desde su Tegucigalpa natal, previa escala en Madrid, cuando tenía sólo 4 años, pero a Eva Cortés no la arrastró el remolino flamenco de su popular barriada sino el jazz, al que dedica "El mar de mi vida", en el que colabora un "sueño" que se llama Miguel Poveda.

El disco, que se presenta hoy en un concierto en Madrid, reúne a "lo más" del panorama jazzístico, desde los cubanos Bobby Martínez y Manuel Machado, a uno de los percusionistas más importantes del mundo, Piraña, o el destacado armonicista Antonio Serrano, dos de los acompañantes actuales del guitarrista Paco de Lucía.

Junto a ellos, Perico Sambeat, el trompetista Lew Soloff -colaborador de Frank Sinatra o Marianne Faithfull- Santiago Cañada, Rémy Decormeille, Georvis Pico, el bajista eléctrico del momento, Hadrien Feraud, y el batería inglés Mark Mondesir, ambos músicos de John McLaghlin.

Este disco, dice Eva Cortés en una entrevista con Efe, es "mucho más jazz" que los dos anteriores -"Solo contigo" y "Como agua entre los dedos"-, y este es el camino por el que quiere ir: improvisación, pero con líneas armónicas claras porque hay "una historia de trasfondo", y fusión, porque no quiere renunciar a sus raíces hispanas, al blues o a sus influencias flamencas.

Ahí es donde aparece el cantaor Miguel Poveda, "un sueño" al que respeta y admira devotamente, al que propuso la colaboración y "salió" el clásico "C'est si bon" (Henri Betti-André Hornez, 1947) popularizado por Eartha Kitt, Johnny Desmond, Louis Armstrong o Yves Montand, entre otros.

Está "tan feliz" con ese dúo, interpretado mitad en francés, mitad en español, que Eva, que nació en 1972, está segura de que cuando lo escuche dentro de 20 años volverá a sonreír encantada.

Con "El Mar de Mi Vida", sostiene, sabe que no se ha equivocado, que es con ese tipo de composiciones, en las que además se nota su alma políglota -habla alemán, francés e inglés-, con las que quiere transitar por la música.

En este disco (Universal) repite la experiencia de mezclar una banda francesa y otra española, con dos baterías, dos contrabajos y dos pianistas porque, afirma, no puede "renunciar" a ninguna de las dos, como tampoco a su "identidad partida", la hondureña -sus padres viajaron a España para terminar su posgrado- y la española.

"Me decían que no me dedicara a esto, que era muy duro, pero yo no lo creo. Te lo tienes que currar, es verdad, pero es que yo no creo en las recompensas inmediatas ni en la seguridad, sólo en hacer lo que me gusta", declara.

Tiene un "pasado oscuro", se ríe, y es que su primera incursión en la música fue cuando sólo tenía 8 años y grabó un disco nada menos que con Ana Belén, Victor Manuel, Miguel Bosé y Mocedades, "Cosas de niños", y entró "en pánico".

"En el cole, donde me llamaban 'conguito' me tenía que esconder en el baño. No estaba preparada para esa atención y dejó de ser divertido. Hasta los 16 no volví a cantar y fue porque aprendí guitarra y a tocar blues. Me metí en el coro de la Catedral de Sevilla y de allí al latin-jazz", recuerda y ríe de nuevo.

Entró en la facultad para estudiar Filología Alemana y descubrió que lo que de verdad le gustaba era viajar y vivir en otros países.

En un año fue diez veces a París, "¡en autobús!", y luego vinieron Austria, Inglaterra y Alemania y, "claro", la carrera la terminó "con mucha calma".

Ha estado más ocupada en tener experiencias vitales que en dedicarse a algo, y por eso, revela, le "salen" las composiciones que le salen.

Cortés acaba de ser seleccionada como uno de los personajes del año en la tercera edición de la lista "100 Latinos Madrid", y está "muy orgullosa", sobre todo, por su abuela, "porque fue esa generación la que tuvo que luchar más. Yo jamás me he sentido una desterrada", asevera.

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