"Felicidad" en Colombia y Ecuador por marimba patrimonio de la humanidad

  • "Felicidad total". Eso sintió este miércoles Enrique Riascos, "el rey de la marimba", al conocerse que su música, tradicional de la región colombiana del Pacífico Sur y de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, es ya patrimonio inmaterial de la humanidad de la Unesco.

Desde un estudio de grabación en Cali, la ciudad del suroeste de Colombia donde resuena este ritmo ancestral de la cultura afro, Riascos festeja la declaración binacional de esta manifestación cultural, que ya había sido inscrita a nombre de Colombia en 2010.

"Ya compartíamos esa marimba. Esto muestra la unidad de ritmos entre Colombia y Ecuador", afirma a la AFP este integrante de Herencia de Timbiquí, un colectivo de músicos colombianos que desde su formación en 2000 fusiona el alma de instrumentos como la marimba de madera de chonta, el bombo, los cununos y el guasá.

La declaratoria surgió de un trabajo de "largo aliento", a instancias de los presidentes Juan Manuel Santos y Rafael Correa durante una reunión en 2012 en la ciudad ecuatoriana de Tulcán, fronteriza con Colombia, explicó en rueda de prensa en Quito el ministro de Cultura y Patrimonio de Ecuador, Guillaume Long.

Para las autoridades de ambos países, la marimba, con su sonido de piano de mar acompañado de percusiones y un coro de voces, es un legado de la "diáspora africana" que ha enriquecido la diversidad étnica y cultural de su costa Pacífica, donde es significativa la población negra.

"Esto es salvaguarda, y la salvaguarda es protección, preservación, identidad, memoria colectiva, transferencia intergeneracional, y esto es lo que celebramos", dijo en el mismo acto Saadia Sánchez, directora de la Unesco para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.

"La música de marimba se toca con un xilófono, tambores y maracas", explicó la Unesco en su declaratoria. Hombres y mujeres "cantan relatos y poemas, acompañando sus interpretaciones con movimientos rítmicos del cuerpo, en diversos eventos de carácter ritual, religioso o festivo para celebrar la vida, rendir culto a los santos o despedirse de los difuntos", añadió.

Orgulloso de este ritmo único, Riascos resume con simpleza la pasión que despierta: "Cuando lo escucha, la gente enloquece de alegría".

El afro-ecuatoriano Lindberg Valencia, músico e intérprete de la marimba, destaca el reconocimiento del rol social.

En medio de la esclavitud de negros, "la marimba y su música también tiene un peso simbólico porque fue una herramienta de libertad", afirmó Valencia en el acto en Quito, donde el ritmo candente y contagioso se hizo sentir entre el menear de caderas de las mujeres y la gracia de los hombres ataviados con sombrero de paja toquilla.

Desde el puerto de Tumaco, en el departamento de Nariño, suroeste de Colombia, Samira Vanegas no oculta su dicha. Directora de Corpomarimba, la entidad que promueve la cultura tradicional en la zona, celebró por anticipado el fin de semana, al cierre del festival del baile del currulao y la marimba.

"El domingo bailamos hasta la madrugada", comenta a la AFP. "Esta declaratoria es muy importante. Es nuestra historia plasmada en estos instrumentos, cantos, bailes. Perderla sería fatal para nuestras comunidades".

La declaratoria sobre la marimba fue tomada por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que se reúne en Windhoek (Namibia) hasta este viernes.

El Comité ya inscribió esta semana 23 elementos en esta lista destinada a mostrar la diversidad del patrimonio inmaterial.

Entre los otros elegidos de Latinoamérica figuran además el vallenato, música tradicional de la región del Magdalena Grande en Colombia, la danza del wititi del valle del Colca en el sur de Perú, los conocimientos y técnicas tradicionales vinculados al cultivo y procesamiento de la curagua en Venezuela, y la técnica pictórica del "filete porteño", de Argentina.

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