El dolor está muy presente en la mente de Felipe Reyes. Pero poco a poco, el jugador del Real Madrid va apartando la muerte de su padre para centrarse en lo que mejor sabe hacer: bregar en la zona. España necesita de la intensidad del cordobés en la pintura.
La primera parte del encuentro contra Gran Bretaña le ha servido a Reyes para recuperar sensaciones. Cuatro puntos, dos rebotes–uno ofensivo- y siempre su mejor actitud para ayudar a Ibaka y Marc Gasol. El único lunar, dos faltas cometidas en menos de siete minutos.
En la reanudación, ha estado inédito en el tercer cuarto y ha aparecido mediado el cuarto y último, cuando España dominaba con comodidad. En esos minutos siguió aportando al equipo, siguió olvidando el dolor. Sus números finales lo dejan claro: diez puntos, cinco rebotes y once de valoración.
Han sido pocos minutos en pista. Su rol, totalmente distinto al que ejerce como capitán y pilar básico del Real Madrid, le otorga un papel mucho más concentrado, pero se ha notado una mejoría respecto al choque del jueves contra Portgual. Superados los rivales más asequibles, Felipe Reyes, como España, empieza a ir a más.
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