Festival de arte rompe en El Cairo los esquemas conservadores de islamistas

  • Mohamed Siali.

Mohamed Siali.

El Cairo, 14 abr.- El arte contemporáneo ha irrumpido con fuerza estos días en El Cairo en la segunda edición del Festival D-CAF, decidido a romper los esquemas conservadores que intentan imponer las corrientes islamistas en ascenso en Egipto.

La obra coreográfica "Anatomía Pública", del español Toméo Vergès, deja claro que pretende huir de la autocensura e ir más allá de lo que se ve en las calles de un país dominado actualmente por los islamistas.

Una bailarina ligera de ropa y personajes que se besan en la boca protagonizan algunas de las escenas, capaces de escandalizar a los grupos integristas, defensores a ultranza de los valores morales más tradicionales.

En la obra, que inauguró el festival, los artistas repiten gestos de forma impulsiva mientras se mueven a un ritmo más lento, creando una sensación de descomposición y sorpresa.

Según explicó Vergès a Efe, su trabajo no busca transmitir un mensaje en concreto, sino descomponer el movimiento y que cada espectador le dé el sentido que quiera.

Representada en una sala de la Universidad Americana de El Cairo, la coreografía, de una hora de duración, fue vista por un centenar de personas, la mayoría jóvenes y casi la mitad extranjeras.

La danza también ha estado presente en el festival con actuaciones al aire libre como las que se desarrollaron en las populares calles peatonales aledañas a la sede de la Bolsa egipcia, en el centro de la capital, conocidas por sus cafés abarrotados de clientes asiduos a la pipa de agua o "shisha".

Uno de los grupos participantes fue el holandés 100Hands, que estuvo acompañado de artistas egipcios y combinó habilidades acrobáticas y prácticas de capoeira brasileña para el disfrute de los asistentes.

Durante el Festival de Arte Contemporáneo del Centro de la Ciudad (D-CAF, en sus siglas en inglés), entre el 4 al 28 de abril, cada jueves por la noche se celebra un concierto de música electrónica en el histórico cabaré de Shahrazad, donde se puede bailar, fumar y beber cerveza local.

El DJ alemán Byetone fue el encargado de poner a bailar de forma eufórica a los hombres y mujeres presentes en la primera sesión electrónica en esa sala.

Amir el Feqi, uno de los jóvenes que acudieron al acto, expresó a Efe su alegría porque "la naturaleza del ciudadano egipcio triunfó y su amor al arte supera los valores que imponen los fanáticos".

Para el coordinador del programa musical de esta edición, Mahmud Talaat, la novedad de este año es que la mayoría de los músicos participantes "no han tenido ninguna dimensión comercial durante su larga carrera".

Talaat subrayó a Efe que las bandas han empezado a llegar al público directamente y sin pasar por los circuitos comerciales tradicionales en el país.

"La música nació para expresarse en cualquier momento y lugar, y luego se ha construido alrededor de ella una economía y una industria", agregó el responsable, que reivindicó la vuelta al arte sin intermediarios.

Además, la segunda edición del festival (la primera se celebró en la primavera del año pasado) incluye por primera vez proyecciones cinematográficas y documentales de los países de África Occidental, bajo la coordinación del director marfileño Philippe la Cote.

Destacó el estreno del documental de la senegalesa Rama Thiaw "El Camino de la Resistencia", de 2009, que cuenta la historia del movimiento juvenil senegalés "Boul Follé" y sus famosas protestas en 1988 contra la reelección del entonces presidente Abdu Diuf.

Más de cien artistas de países como Siria, Irán, España o Francia completan el cartel de esta iniciativa, cargada de espectáculos de música, teatro, danza, cine y artes visuales organizados en lugares poco usuales que van desde tiendas y edificios históricos, hasta callejones y azoteas.

Mostrar comentarios