Garrone: "Echar la culpa a Berlusconi es simplista. La culpa es de todos

  • Después de retratar con minuciosidad la mafia napolitana en "Gomorra", el realizador italiano Matteo Garrone posa su cámara sobre la obsesión por la fama en "Reality", una fábula en la que los sueños se convierten en pesadilla y que carga las responsabilidades en el individuo, mas allá de sus gobernantes.

Mateo Sancho Cardiel

Madrid, 8 nov.- Después de retratar con minuciosidad la mafia napolitana en "Gomorra", el realizador italiano Matteo Garrone posa su cámara sobre la obsesión por la fama en "Reality", una fábula en la que los sueños se convierten en pesadilla y que carga las responsabilidades en el individuo, mas allá de sus gobernantes.

"Echar la culpa a Berlusconi es simplista. La culpa es de todos los italianos. Esta película no tiene nada que ver con un momento actual, habla de algo de lo que ya nos habían advertido Pier Paolo Pasolini en 1975", asegura Garrone en una entrevista con Efe sobre su último filme, premiado con el Gran Premio del Jurado en la pasada edición de Cannes y que se estrena en España este viernes.

"Reality" es la historia de un humilde pescadero que, cuando se presenta a una audición de la versión italiana de "Gran Hermano", ve cómo su ilusión inicial se convierte en una obsesión por el éxito rápido, por la imagen pública y la celebridad.

Es, dicho de otra manera, un fresco perturbador sobre la vulgaridad de las ambiciones imperantes en la sociedad contemporánea, de esa masa mayoritaria que define las audiencias de televisión y que tiene su lógico resultado en las urnas. De esa masa tan criticable como entrañable y reconocible.

Y es que, a pesar de los excesos en las curvas de esas mujeres, de esas bodas opulentas y horteras que Garrone muestra en la obertura de su filme, no cree estar mirando bajo el prisma de la deformación. "No es una Italia grotesca. Respeto que la gente lo pueda ver así, pero el prisma de la película no es ese en absoluto".

Más bien, a pesar de la tendencia a la caricatura y al patetismo, Garrone trata con cariño a sus criaturas, como reflejo de una época en la que las víctimas sucumben con placer a esos lisonjeros verdugos. "Somos como moscas atrapadas en la miel", resume, citando como referentes "El jeque blanco", de Fellini, o "Bellissima", de Roberto Rosellini.

Como la Anna Magnani de aquel filme, el protagonista de "Reality" quiere romper con la sencillez no tanto por si mismo, sino por sus hijos y su mujer. Por el orgullo de poder ofrecer lo mejor a los suyos, razón o a veces excusa perfecta en tiempos de crisis para sortear los conflictos que presenta la moral en situaciones límite.

"Es una fábula realizada desde la comedia, necesitaba ese tono después de 'Gomorra'. Este es un personaje al que coger cariño. El espectador tiene un problema si ve en el protagonista alguien ajeno. Es alguien con quien identificarse", asegura.

Pero quizá como guiño irónico, Garrone ha reclutado para encarnar a ese hombre obsesionado con estar decenas de días encerrado en una casa a la vista de todos a Aniello Arena, cuya historia es todavía más impactante que la de "Reality", pues es un actor en prisión por asesinato en una cárcel italiana.

Arena, preso de la neurosis de ese hombre que no puede recuperarse de la decepción y sigue alimentando cada pequeña esperanza hasta el paroxismo, ofrece una interpretación deslumbrante y se convierte en ese lienzo en blanco en el que Garrone pinta su nueva obra.

"Vengo de la pintura y creo que todas mis películas tienen una aproximación pictórica. Mi cámara se acerca a los personajes y los observa de cerca. Es mi marca de la casa", resume.

Antes de hacerse famoso a nivel internacional, Garrone se había dedicado a otras obsesiones. En "El embalsamador" retrataba el amor imposible de un señor maduro con enanismo hacia un escultural joven al que sueña con embalsamar. Y en "Primo amore" jugaba con la idea de que un amante quisiera controlar el peso de su amada con fines artísticos.

"Me parece interesante la idea de leer mi filmografía como una colección de obsesiones", asegura, "pero todavía no he encontrado cuál será la siguiente", concluye.

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