Giampaolo Morelli ofrece el torpe drama personal de un "Bridget Jones hombre"

  • El actor, guionista y director dramático italiano Giampaolo Morelli presenta en su novela "7 horas para enamorarte" a un joven periodista, una suerte de "Bridget Jones masculino", víctima de su propio éxito, del que el autor ofrece "su torpe drama personal".

Jose Oliva

Barcelona, 27 abr.- El actor, guionista y director dramático italiano Giampaolo Morelli presenta en su novela "7 horas para enamorarte" a un joven periodista, una suerte de "Bridget Jones masculino", víctima de su propio éxito, del que el autor ofrece "su torpe drama personal".

En una entrevista concedida a Efe, Morelli comenta que el protagonista, Paolo de Martino, es un pobre desgraciado que a diario duerme en el colchón del éxito, "en una Italia de opulencia previa a la gran crisis" y recurre precisamente a un periodista porque es un mundo que siempre le ha "fascinado".

Dice Morelli que quería imaginar a un personaje "con un trabajo que, visto desde fuera, pudiera resultar típico de una persona metódica, cerrada, como puede ser un periodista de economía".

En "7 horas para enamorarte" (Roca Editorial/Columna), el protagonista, tras ser engañado por su novia, decide hacer un curso de técnicas de seducción, un tipo de cursos a los que el propio autor asistió en el proceso de documentación previo a la escritura de la novela.

"He descubierto que existe una red de seductores profesionales en todo el mundo y que se comunican a través de internet, se intercambian consejos, técnicas y trucos. Contacté con ellos, entrevisté a algunos e incluso a alguno lo seguí durante un año con una videocámara", señala.

Cuando Morelli empezó a escribir la novela ya había empezado la crisis, aunque no era tan fuerte como ahora y, en el texto, el autor retrata a "una clase social que al menos cree que no ha sido tocada por la crisis".

Reconoce que presta a su personaje "una parte tímida, introvertida", si bien, asegura, Morelli tiene otras maneras de superarla y de superarse a sí mismo. "Quizá Paolo se queda atrapado más en la rigidez de sus esquemas, en su forma de ser".

En un signo distintivo de la mayoría de novelas románticas, "7 días para enamorarte" contiene "un ataque a una cierta clase social, la burguesía, que no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, que debería despertar y ver lo que está pasando y no quedarse instalada en las apariencias".

El protagonista, añade Morelli, da un paso al abrirse al mundo porque la burguesía que él critica "es esa burguesía que sólo se preocupa de su propio interés, esa en la que el individuo mira a su esfera privada, no como en Estados Unidos, donde lo hacen en función de su éxito personal y profesional".

Sin embargo, el autor prefiere que su novela sea vista como "una comedia romántica, con una historia de amor, que fluye, que se puede leer y que entretiene al lector desde el punto de vista romántico".

En ese marco, Morelli no se sale del guión del género romántico, en el que la culpa es siempre del hombre, porque "estamos hablando de un hombre que se queda desorientado frente a una mujer que aparece como más libre, más desenvuelta y más emancipada".

El actor italiano hace una defensa de la vigencia de la teoría del macho alfa en todo el mundo: "Antes, quizá era la fuerza física lo que prevalecía, mientras que ahora, en algunas culturas la fuerza física se ha sustituido por ser más rico, más inteligente, más culto".

Los nuevos modelos de familia que se van normalizando en la sociedad han llevado también, cree el autor, a una confusión de roles, aunque en el libro, advierte, no habla de familia.

"Ser actor o tener ganas de contar un mundo a través de las imágenes también significan ser curioso, ver qué hay detrás. Me he dado cuenta de que también había tontos, pero había chicos sensibles, que tenían miedo, que querían darse a conocer y conocer a una mujer", explica.

En el arte de la seducción, las nuevas tecnologías han acelerado los tiempos porque, según Morelli, "es mucho más fácil enviar un mensaje, un whatsapp o en Facebook, ya que te sientes más protegido, pero las pulsiones que hay detrás y que te llevan a hacer eso siguen siendo las mismas que antes de la era internet".

Mostrar comentarios