Glénat se atreve con un Integral de Cuttlas, el vaquero monigote de Calpurnio

  • Barcelona.- De las hojas de un fanzine periférico a las páginas del diario más vendido: Cuttlas, el sucinto monigote vaquero obra del dibujante Calpurnio Pisón, ha tenido una exitosa y sorprendente trayectoria de casi treinta años que Glénat recopila en "Integral 1", un primer volumen con las aventuras del pistolero.

Glénat se atreve con un Integral de Cuttlas, el vaquero monigote de Calpurnio
Glénat se atreve con un Integral de Cuttlas, el vaquero monigote de Calpurnio

Barcelona.- De las hojas de un fanzine periférico a las páginas del diario más vendido: Cuttlas, el sucinto monigote vaquero obra del dibujante Calpurnio Pisón, ha tenido una exitosa y sorprendente trayectoria de casi treinta años que Glénat recopila en "Integral 1", un primer volumen con las aventuras del pistolero.

Menos es más, ése podría ser uno de los eslóganes de promoción del estilo gráfico utilizado por Calpurnio (Zaragoza, 1959) para su Cuttlas, que vio la luz en el fanzine "El Japo" en 1983 y que ha cabalgado por las páginas de Makoki, El Víbora o El País de las Tentaciones, donde logró su "consagración" mediática antes de pasar al diario gratuito "20 Minutos", y protagonizar también varios cortos y la serie de animación "Cuttlas Microfilms".

Esta primera entrega "integral" incluye material de las primeras tiras aparecidas en Makoki ("El bueno de Cuttlas contra los malos") y otras historias editadas ya en el álbum "El bueno de Cuttlas" (El País Aguilar).

Tocado siempre con su inseparable sombrero blanco de cowboy, este vaquero ha sabido construirse una fama de héroe en un paisaje de western surrealista -aunque también de escenarios urbanos actuales- donde los indios siguen siendo "los malos", los miembros del ku kux klan tienen forma de triángulos con patas, y no es extraño ver a extraterrestres u otros personajes secundarios que abren la puerta a los más extravagantes y humorísticos "deus ex machina".

Junto a Cuttlas, el elenco de siempre: Mabel, la novia amantísima y un poco caprichosa dada a dejarse atrapar por los pieles rojas; Jim, el fiel amigo negro; Juan Bala, el mexicano perezoso pegado al muro en el que dormita, y evidentemente, Jak, el Malvado que toda buena serie por entregas que se precie ha de tener.

Calpurnio, aficionado a las microviñetas apiñadas y de trazo grueso, dibuja a Cuttlas y su "trouppe" rodeada de onomatopeyas de pistolas, rifles y golpes de peleas, y lo hace con poco más que cuatro palotes y cinco rallas, lo que no impide que esa gestualidad inexistente, pero intuida, sea más reveladora que un primer plano hiperrelista.

La expresividad emocional del "no rostro" de Cuttlas, la explica el crítico Jordi Costa en el prólogo del recopilatorio.

Costa, que recibió el encargo de hacer el guión de la segunda temporada de "Cuttlas Microfilms" -que no llegó a ver la luz-, escribió un texto para un capítulo en el que se podía leer: "y entonces los ojos de Cuttlas se ven anegados por las lágrimas".

Sin querer herir la sensibilidad del escritor, Calpurnio le devolvió al escritor la copia corregida con el pequeño apunte "Cuttlas no tiene ojos". Una demostración de que el alma de los personajes de cómic está más allá de lo que se dibuja.

Sergio Andreu

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