Gómez de Liaño publica su diario personal de los "cruciales" años 1972-1977

  • El poeta, filósofo y autor polifacético Ignacio Gómez de Liaño acaba de publicar el diario personal que empezó a escribir a los 25 años, "En la red del tiempo 1972-1977", con el deseo de "resucitar" las inquietudes de un periodo que fue "muy dramático" y "crucial" en su vida y en la historia de España.

Getu Arteche

Madrid, 6 mar.- El poeta, filósofo y autor polifacético Ignacio Gómez de Liaño acaba de publicar el diario personal que empezó a escribir a los 25 años, "En la red del tiempo 1972-1977", con el deseo de "resucitar" las inquietudes de un periodo que fue "muy dramático" y "crucial" en su vida y en la historia de España.

Tiempos muy "difíciles" e "inestables", recuerda el autor, cuando el franquismo se "bunkerizó", murió el dictador y cambió el régimen, y cuyos afanes se transmiten "de manera muy viva" a fin de "iluminar" aquella época sin modificar lo que entonces escribió.

"Han tenido que pasar 40 años para pensar que la publicación de este diario tiene un interés que va más allá de lo literario", explica a Efe el pensador de "Iluminaciones Filosóficas" o "Sobre el fundamento", que observa ese periodo "empañado por demasiados mitos", sin que haya gozado de "suficiente" atención.

Muy cuidado por Siruela, el diario abarca 1.750 páginas de escritura directa y cercana, desde la perspectiva del joven y un entorno de gente de la vanguardia de la cultura, la filosofía, la poesía o el arte en sus diversas expresiones.

Madrid, Ibiza, Peñaranda de Bracamonte, Londres, Grecia o Nueva York, son algunos lugares por los que transcurre, mientras se vislumbra el contraste con nuestro tiempo. Un día a día que acompaña de pensamientos, cartas, documentos, creaciones poéticas y láminas ilustradas.

Autor de tres novelas, "Arcadia", "Musapol" y "Extravíos", observa hoy "un renovado interés" entre los jóvenes de 20-30 años sobre el tipo de vida de aquellas "gentes experimentales", para él tan familiares, pero sobre cuya circunstancia "hay gran desconocimiento", advierte, incluso "del franquismo, que pasó por muchas fases".

"Había entonces personas muy independientes y libres que intentaban ganarse a pulso esa libertad -evoca- con más esfuerzo y resultados que a quienes hoy se les da todo hecho".

Por sus páginas pasean escritores, pensadores y poetas como Juan Benet, Fernando Savater, Marcos Ricardo Barnatán o Jose Miguel Ullán, el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, arquitectos como Juan Navarro Baldeweg o extranjeros como William S. Burroughs y la inglesa Frances Yates, investigadora de la época renacentista.

Gente como Herminio Molero, que luego fundaría Radio Futura, o Pedro Almodóvar, un chico simpático que andaba "velando armas", sin que pudiéramos imaginar, comenta, que "se convertiría en un mito de la filmografía contemporánea, mientras prometedores poetas minoritarios de gran calidad quedaron desconocidos".

Y es que lo mediático ha adquirido tal fuerza que hoy tiene el poder de "colocar a la gente de la cultura en los sitiales más altos, o en los más bajos", mientras que entonces los medios servían como "portavoces de criterios más cualificados".

Gómez de Liaño empezó a registrar su vida creando "un espejo donde -dice- mirarme y objetivarme", y en su persona se van produciendo, casi imperceptibles, las mutaciones que acabarán por hacerle dudar de su pretensión de llevar la vida como si fuera un juego poético.

"Era un intento condenado al fracaso -admite- ya que vitalmente el asunto se complica, el mundo real está hecho de tropiezos, con aspectos sociales, utilitarios..., aunque esto no implique que el propósito original pierda su interés".

Junto a ese devenir, asegura mantener firme su "libertad interior, independencia de pensamiento, ideología libre de servidumbres, carácter inquisitivo, franqueza y buenas maneras en la vida social", además de su sensibilidad o inteligencia hacia "un conocimiento cada vez mayor de lo que es la vida".

Su estilo literario se va depurando desde sus comienzos en un experimentalismo poético agudo -que dio lugar al expediente que lo sacó de la docencia en la Escuela de Arquitectura-, su activismo y los poemas públicos y de acción que presentó en el Instituto Alemán o en los Encuentros de Pamplona, donde expuso "poemas aéreos" con letras suspendidas en globos para escribir en el cielo.

Tras meses experimentales en Ibiza, se orientó a la investigación filosófica en torno al napolitano Giordano Bruno y sus artes de la memoria, sobre el que publicó un libro en la Taurus de Jesús Aguirre. Luego vinieron "Los juegos del Sacromonte" obra de ficción, historia y filosofía, que salió a la calle en 1975, año de la muerte de Franco.

En 1976 regresó a la universidad de la mano de Paulino Garagorri, discípulo de Ortega, y ese año murió su padre cerrándose un ciclo del diario personal, que sigue su marcha en un título anterior: "El camino de Dalí". Diario personal (1978-1989).

Viajero y conocedor también de Extremo Oriente, China y Japón, Gómez de Liaño ha investigado en todos los géneros literarios y artísticos. En 2008 publicó "Recuperar la democracia" y ahora trabaja en un proyecto sobre el siglo de las luces.

Mostrar comentarios