Granada, 17 oct.- El Centro Guerrero y la Alhambra acogen desde hoy la exposición 'The Presence of black', una muestra para cerrar el centenario del nacimiento de José Guerrero que profundiza en su etapa americana y recorre su carrera artística a través de más de un centenar de obras, muchas nunca antes expuestas en España.
La exposición, que reparte más de un centenar de obras del pintor entre el Centro José Guerrero y la capilla del Palacio de Carlos V de la Alhambra, representa la primera inmersión monográfica para analizar en profundidad los años americanos del artista granadino, que marcaron su estilo y su voz plástica, antes de su regreso a España y su reencuentro con sus raíces y con Andalucía.
La directora del Centro Guerrero y comisaria de la muestra, Yolanda Romero, ha explicado durante la inauguración que la exposición ofrece el resultado de una investigación de las etapas del artista hasta el momento menos estudiadas, desde su llegada a Nueva York tras una formación europea hasta su vuelta al país.
'José Guerrero. The presence of black, 1950-1966' ofrece un recorrido casi cronológico por los estilos del pintor desde sus primeras incursiones en el arte abstracto, sus 'frescos portátiles' en los que mezcló arquitectura y pintura para ofrecer obras sobre asfalto o ladrillos, y la vuelta a sus raíces tras regresar a España en 1965.
Algunas de las obras de Guerrero se exponen por primera vez en el país procedentes de colecciones privadas y de cesiones temporales de museos como el Guggenheim Museum de Nueva York o el también americano Wrigth Museum de Wisconsin.
La muestra está dividida en cinco secciones y comienza con los primeros trabajos de Guerrero en su etapa estadounidense (1949), años en los que aprendió técnicas de grabado y ensayó otros lenguajes artísticos desde los que evolucionó hacia la abstracción.
Como novedad, esta retrospectiva ofrece medio centenar de obras expuestas en la Alhambra que reflejan a un Guerrero muralista, que experimenta con nuevos materiales como la uralita en una apuesta por integrar su arte y la arquitectura realizados durante los primeros años de la década de los cincuenta.
De la misma década se exponen algunos de su grandes lienzos, como Black Cries o Black Followers, que reflejan el paso intermedio del pintor antes de alcanzar el expresionismo abstracto en el que apostó por colores provocativos, formas dramáticas y un claro protagonismo del negro para plasmar su mundo emocional.
El hijo del pintor, Toni Guerrero, ha deseado que la apuesta por difundir el legado del artista llegue a mucha gente y ha recordado que "la obra de mi padre tiene mucho negro, pero también mucho color".
La retrospectiva sobre Guerrero acaba con su 'memoria revisada' (1962-1963), el conjunto de obras consideradas como el prólogo de su vuelta a España en 1965 con un marcado sabor andaluz y una mirada especial a Federico García Lorca.
La muestra permanecerá en Granada hasta el 6 de enero de 2015 para exponerse después en Madrid y Barcelona. EFE
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