Grandes viaja en el tiempo para escribir sus episodios nacionales del siglo XX

  • Buenos Aires.- La escritora española Almudena Grandes ha emprendido un viaje en el tiempo para entender la realidad de España y escribir sus propios "episodios nacionales", un ambicioso proyecto de seis novelas que abarca desde el final de la Guerra Civil hasta mediados de los años 60.

Grandes viaja en el tiempo para escribir sus episodios nacionales del siglo XX
Grandes viaja en el tiempo para escribir sus episodios nacionales del siglo XX

Buenos Aires.- La escritora española Almudena Grandes ha emprendido un viaje en el tiempo para entender la realidad de España y escribir sus propios "episodios nacionales", un ambicioso proyecto de seis novelas que abarca desde el final de la Guerra Civil hasta mediados de los años 60.

"Inés y la alegría", que se publicará en España en septiembre y en Argentina un mes después, es la primera de las seis novelas que integran una serie que combina hechos históricos con personajes de ficción construidos con "retazos de realidad", según explicó la escritora en una entrevista con Efe en Buenos Aires.

Estos "Episodios de una guerra interminable", que siguen la estela de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós, son resultado de ocho años de investigación y estarán formados por dos novelas sobre la guerrilla -"podría escribir toda la vida" de ese tema, dice-, dos sobre la clandestinidad y dos más sobre las décadas de los años 50 y 60.

"Como quien se va a un país extranjero para aprender el idioma, yo me fui a otra época para intentar entender mi propio país y desde hace ocho años estoy ahí y no he salido", asegura.

La primera lección de este trabajo, que la mantendrá ocupada al menos hasta 2016, es que aprendió que "no sabía nada". "Me obsesioné con el tema y acabe haciendo una inmersión", recuerda.

Precisamente la "ignorancia inducida" tras cuarenta años de dictadura franquista es, según Grandes, la raíz de la "supuesta incomunicación" entre los españoles, que "parecen hablar distintos idiomas", en "un país sin memoria que parece que se hubiera inventado en 1977".

Un tema que ha cobrado actualidad con el proceso abierto al juez Baltasar Garzón por intentar investigar los crímenes de la dictadura y que, para Almudena Grandes, ha sido la espoleta que ha activado la respuesta del movimiento de la memoria histórica y ha propiciado un debate pendiente e imprescindible, que "tiene que ver con el presente y la necesidad de tener un futuro".

"No es un movimiento nostálgico, no se trata de movernos al pasado sino de analizar el presente y sentar las bases para un futuro mejor", opina la autora de "Las edades de Lulú", que considera que éste es "el asunto pendiente" de la generación de nietos de las víctimas de la dictadura, la "tercera generación".

"Es fundamental el debate, no sólo para honrar a los muertos, sino para ordenarnos nosotros mismos", afirma.

Esta "tercera generación", en la que se incluye, creció con una educación equivocada -opina- que la llevó a la "autocomplacencia" en una España que "parecía recién inventada en los primeros años de la transición".

"Cuando cumplimos 40 años nos dimos cuenta de que no nos comimos el mundo, de que el mundo nos comió a nosotros y tuvimos que ponernos a preguntarnos, y de la ausencia de respuestas viene todo eso".

La polémica surgida en España es "una prueba de la minoría de edad de la democracia española y de un pacto de la transición que incluyó actuar como si España fuera un país nuevo".

La transición, añade, "construyó una democracia muy vistosa, muy fotogénica, institucionalmente muy buena, pero congénitamente débil y ahora se ha puesto de relevancia".

No obstante, considera que la transición fue resultado de un esfuerzo "de gente que hizo lo que creía que había que hacer. El problema es que ellos no acepten ahora que la generación siguiente haga lo que cree que tiene que hacer".

Su viaje en el tiempo y su defensa de la recuperación de la memoria histórica no la abstraen de las amenazas que acechan al mundo literario ni de otra polémica que afecta muy directamente a los escritores: el futuro del libro.

Para Grandes, una de las autoras españolas más vendidas, el libro en papel "permanecerá durante mucho tiempo porque es el artefacto tecnológico perfecto", aunque admite que a largo plazo terminarán por imponerse las nuevas tecnologías y reclama una regulación legal de los derechos de autor y del rol de los editores.

Si desaparece el libro, "desaparecerá un manera de entender la cultura", lamenta, aunque enseguida pronostica que "si el e-book triunfa, el último reducto del libro en papel será la literatura, la lectura por placer".

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