Isidro Ferrer, la esencia del teatro en una imagen

  • El Centro Dramático Nacional recibe hoy uno de los premios que la revista Gràffica concede cada año, con motivo de su apuesta por el diseño. Hablamos con Isidro Ferrer, uno de los ilustradores españoles más reconocidos y autor de los carteles del CDN de esta última temporada, que nos explica cómo suele traducir la complejidad de una obra teatral en una sola imagen y sin desvelar el final.

Están las líneas del guión, la historia, el final, la puesta en escena, los elementos estructurales, los símbolos, las imágenes icónicas y, como no, la magia del teatro. ¿Es posible que todos estos elementos puedan representarse a través de una sola imagen? En algunos casos sí y no hay más que mirar los carteles que el ilustrador Isidro Ferrer, sin duda uno de los más destacados de este país, ha venido realizando en el último año para el Centro Dramático Nacional para darse cuenta de ello.

Una apuesta por el diseño que este año la revista Gràffica homenajea con uno de sus tradicionales galardones. Isidro Ferrer 2013 que también recibe hoy un premio Gràffica por toda su trayectoria profesional 2013 empezó a colaborar con el CDN en la temporada 2006-2007 junto a Nicolás Sánchez con el que sentó las bases del entero proyecto visual. Es decir 'los fondos blancos en los que se ubican imágenes icónicas con un valor conceptual alto, tipografías muy claras, unos niveles informativos que sean de muy fácil y muy rápida lectura y unos valores cromáticos neutros' explica Isidro Ferrer en una entrevista a Lainformacion.com.

El juego de las máscaras

Para las temporadas 2008/2010 Ferrer contó con otra colaboración, la de Sean Mackaoui, mientras los carteles de la temporada en curso son obra suya al 100%. 'Este año, manteniendo un poco toda la línea argumental anterior y retomando algunos aspectos esenciales, me apetecía jugar con uno de los fundamentos del teatro que es la máscara' afirma.

'Lo que he pretendido ha sido llevarme la máscara al territorio de cada una de las actuaciones y de las piezas dramáticas. Evidentemente el proceso está sujeto al texto dramático: lo primero que hago es leerme la obra, estudiarla y a partir de la propia obra rescatar aquellos elementos significativos que tengan valor representativo, iconográfico, para luego poder jugar con ellos y aplicarlos a la propia máscara. Cada una de las piezas está en función del propio texto dramático'.En el caso de Perséfone (Variaciones mortales) de Els Comediants, que se estrenó en el Teatro María Guerrero el pasado 2 de diciembre, el guión vino acompañado por algunas de las aplicaciones del vestuario.

'Hay otra cosa que me facilita el acceso a la comprensión dramática, escenográfica y plástica del teatro y es que yo provengo del mundo del teatro' explica Isidro Ferrer. 'Estudié durante tres años en una escuela de arte dramático y durante cinco años me dediqué profesionalmente al teatro. También estudié en París en la escuela de Jaques Lecoq y este juego de la máscara me resulta muy próximo, muy cercano'.

Contarlo todo, pero sin desvelar el final

'Con todos estos elementos luego hay que hacer un especie de encaje' afirma Ferrer 'para construir una pieza que se ponga al servicio tanto del texto como de la representación dramática y también de la coherencia estilística del resto de las piezas'.

Fácil de decir, pero muy difícil de hacer. La cantidad de información representa un desafío a la hora de realizar un cartel para el teatro según Isidro Ferrer. 'Condensar en una sola imagen los planos abiertos que existen en una pieza teatral, condensar y elegir, seleccionar aquella imagen que dota de significado toda la complejidad argumental. Porque puedes dar con elementos simbólicos capaces de narrar algunas de las partes pero no el conjunto, no el tono de la obra. Lo verdaderamente difícil es dar con aquella solución gráfica que de sentido a todo, aquella solución gráfica que de sentido a la pieza dramática en sí misma'.

Es el caso del cartel de Münchnausen - todavía en cartel en el Teatro Valle-Inclán de Madrid - en el que la extraña simbiosis-identidad del pequeño protagonista con su peluche se traduce en una máscara que, dice Ferrer, le sigue dando escalofríos y que no se entiende hasta que no se ha visto la obra. Algo que este cartel comparte con todos los demás: la magia de contar una obra teatral por completo, pero sin desvelar el final.

Alessia Cisternino
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