Javier Calvo firma una novela policial ambientada en la Barcelona del XIX

Madrid.- "Corona de flores" es la tercera novela del escritor Javier Calvo, un relato policial, gótico y victoriano, ambientado en la Cataluña de finales del siglo XIX, "un período extremadamente tétrico en la historia de Barcelona", en opinión del autor.

Se trata de un momento "de represión cultural muy fuerte, de represión política", en el que la ciudad condal era gobernada por los militares y carecía de instituciones propias. "No había un horizonte de esperanza más allá del hecho de la industrialización", apunta Calvo (Barcelona, 1973) en entrevista con Efe.

"Corona de flores" (Mondadori) tiene como protagonistas a Semproni de Paula, "una representación de la masculinidad tradicional o antigua, pero con la parte más negativa de ella, la violencia, la amenaza, la tortura. Una persona que no tiene ningún respeto por la vida ajena", apunta el escritor catalán.

Otro de los protagonistas es el doctor Menelaus Roca, conocido como el Trasgo, "un personaje que representa esta cosa como inhumana de la ciencia del siglo XIX, esa ciencia medio monstruosa, que no se marca límites éticos, una ciencia embrionaria, una cosa torpe, frankeinsteniana, mala".

"Quería que cada uno de los personajes encarnara algo más que un personaje, es decir, que fueran más allá de la simple articulación de un personaje psicológico, que fueran en cierta forma representación de las ideas que estaban en conflicto", explica el autor.

Bajo un eje argumental que enfrenta al progreso con la religión y la superstición, ambos personajes recorren las calles de la Barcelona de 1877 en busca del "asesino de la esperanza", un criminal sádico y misterioso que ha pasado a convertirse en el protagonistas de los folletines y las novelas por entregas.

Calvo reconstruyó la Barcelona de "Corona de flores" con la ayuda de mapas de la época, libros de historia, pero sobre todo, con novelas del momento. Una novelística "olvidada", apunta, "en particular el caso concreto de Narcís Oller", autor que señala como "el Pérez Galdós catalán".

"Hay algunos elementos de la ciudad que son inventado y algunos que han salido de algún sueño, pero en realidad he sido muy fiel a lo que era la geografía urbana de la ciudad", afirma.

Calvo admite que se llevó alguna sorpresa al documentarse para retratar a alguno de los personajes de la novela. "Descubrí, por ejemplo, que una persona sordomuda del siglo XIX no se comunicaba de ninguna manera, de hecho era considerada desde que nacía un retrasado mental".

Y es que los aspectos grotescos y macabros de esta novela los ha proporcionado, en parte, el propio momento histórico. "La propia época te está dando la mitad del trabajo", señala Calvo.

Apartado ya de la llamada "generación Nocilla", Javier Calvo considera que ha habido una "progresión" en su escritura, "un movimiento hacia la sencillez" que se produce "a medida que se va creciendo como creador".

Por Javier M. Uzcátegui