Juan Carlos I de Borbón, un ilustre y gran aficionado a los toros

  • "Siempre apoyaré la Fiesta, de ella nace un mundo cultural y artístico fecundo", con estas palabras expresó Juan Carlos I de Borbón en 2006 su afición por el mundo de los toros, pasión que heredó de su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, la aficionada más fiel e ilustre que ha dado la Casa Real.

Javier López

Madrid, 2 jun.- "Siempre apoyaré la Fiesta, de ella nace un mundo cultural y artístico fecundo", con estas palabras expresó Juan Carlos I de Borbón en 2006 su afición por el mundo de los toros, pasión que heredó de su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, la aficionada más fiel e ilustre que ha dado la Casa Real.

"Ya soy algo mayor, pero estaré al frente del timón mientras el cuerpo aguante", y así, fiel también a sí mismo, Juan Carlos de Borbón no se escondió nunca y defendió sin complejos lo taurino, dejándose ver en numerosas plazas y ferias, la última de ellas, en la del Puerto de Santa María (Cádiz), en la conmemoración del bicentenario de su plaza de toros, en 2012.

En sus 39 años de reinado, rara ha sido la vez que no haya acudido anualmente a la plaza de Las Ventas a presenciar algún festejo de San Isidro, presidiendo de manera honorífica o institucional las tradicionales corridas de la Prensa o de la Beneficencia, enmarcadas también dentro de la programación del ciclo isidril.

Ilustres son las numerosas fotos que guardan el recuerdo imborrable de su presencia en la Plaza de Madrid acompañado por su gran amigo, el ex presidente del gobierno, recientemente fallecido, Adolfo Suárez, o por su hija, la infanta Elena, o, esporádicamente también, por la reina Sofía, además de algún que otro cargo político o personalidades del mundo del toro.

También el heredero al trono, Felipe de Borbón, le ha reemplazado alguna vez que otra, siempre de manera institucional, en la presidencia de alguna corrida, aunque la principal y única heredera en la Familia Real de su afición a los toros es su hija, la infanta Elena, que este año ya se ha dejado ver por Las Ventas, el pasado 14 de mayo.

Posiblemente sea precisamente la infanta la que presida pasado mañana la corrida de la Beneficencia -ya lo hizo el año pasado- , aunque a la afición de Madrid le agradaría poder despedir al recién abdicado rey de España, contando con su presencia desde el Palco Real, tributándole, como siempre, una calurosa ovación de adiós y escuchando respetuosamente junto a él el himno de España.

La realidad es que con esta abdicación de Juan Carlos de Borbón, la Fiesta pierde a uno de sus estandartes fundamentales, un rey taurino y defensor de una Fiesta amada de manera extraordinaria por su madre, la condesa de Barcelona, quien acudió hasta el fin de sus días a las corridas de Madrid o Sevilla, incluso fuera de sus temporadas grandes, es decir, sus ferias de relumbrón.

Quizás ahora, despojado de sus responsabilidades como monarca, y siempre que su salud se lo permita, la Fiesta pueda contar con su presencia como aficionado de forma más notoria. El tiempo lo dirá.

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