Juanjo Sáez, el ex azote de los "modernos", psicoanaliza su ego

  • Barcelona.- Naifs e inseguros. Así se presentan los personajes de las historias del dibujante Juanjo Saéz, donde aparece a menudo él mismo, reflejado con humor pero sin obviar sus contradicciones, que este ex azote de la modernidad recopila bajo un revelador "Yo, otro libro egocéntrico de Juanjo Sáez".

Juanjo Sáez, el ex azote de los "modernos", psicoanaliza su ego
Juanjo Sáez, el ex azote de los "modernos", psicoanaliza su ego

Barcelona.- Naifs e inseguros. Así se presentan los personajes de las historias del dibujante Juanjo Saéz, donde aparece a menudo él mismo, reflejado con humor pero sin obviar sus contradicciones, que este ex azote de la modernidad recopila bajo un revelador "Yo, otro libro egocéntrico de Juanjo Sáez".

Tras el éxito de "Viviendo del cuento" y "El arte. Conversaciones imaginarias con mi madre" -sus álbumes, que han llegado a la séptima edición-, este dibujante de 37 años recoge en un volumen algunas de las viñetas que a lo largo de más de una década ha publicado en medios como El Mundo, El Periódico de Catalunya, El País o las revistas H y Rock de Lux.

Éstas y otras viñetas inéditas que forman el volumen suponen un recorrido por una maduración temática y personal de Sáez.

En entrevista con Efe, Sáez revela que se ha hecho mayor, que ya no le interesa seguir la línea de sus primeros trabajos, en los que arremetía sin piedad contra cierta juventud esclava de las tendencias y lo "cool" y que valieron al dibujante el calificativo de "moderno antimodernos".

Tampoco quiere hablar mucho del combate gráfico que, desde las viñetas de sus respectivas revistas, mantuvo con el diseñador e ilustrador Jordi Labanda: "Jugamos distintos deportes y en distintas ligas", ataja.

En "Yo" (Mondadori), además del repaso a sus antiguos dibujos, Sáez ofrece un "striptease definitivo", una visita al psicoanalista donde responde a las preguntas de quien mejor le conoce: su propio ego.

Fantasma, papanatas, presuntuoso, niño mimado, obsesivo de "chorraditas", el dibujante no escatima autodescalificaciones sobre su personalidad, creadora e íntima, que pone difícil añadir más críticas, incluso a los detractores de su estilo.

Sus dibujos son casi esbozos, monigotes, figuras cabezonas, sin ojos, pero no ciegos, que "hablan" con caligrafía infantil y tachones incorporados, y que, aunque según su creador "son fruto de la pereza y de la prisa", han definido la forma de unas tiras donde igual caben un pseudo José María Aznar, el Prestige, la banda The Strokes o un San José preguntándose acerca de su paternidad.

Sin recurrir al género autobiográfico, Sáez, que actualmente trabaja en la serie de animación "Arros covat" -emitida por TV3 y pendiente de emisión en el resto de España-, se utiliza como personaje -"es más valiente y honesto", argumenta- y a los miembros de su familia, para hablar del paso del tiempo y "la madurez de verdad", los temas que ahora más le interesan.

Sáez aborda en "Yo" su trabajo para la prensa diaria, de la que no tiene buen recuerdo y a la que acusa de "poco libre" y de estar sujeta a intereses políticos y empresariales.

"Si la gente supiera cómo se construyen los diarios no sé si los leerían igual", afirma este creador.

"Yo era un ingenuo tremendo en aquellos años", remarca al recordar algún rapapolvo que se llevó por meterse con la industria discográfica o por confundir adrede en una de sus tiras a Raimon con Serrat.

La mediocridad y la falta de ambición de los periódicos provoca -añade- que el humor gráfico en España esté "arrinconado", si se compara con otros países, y que sea lo primero en "caer" en una época de crisis como la actual.

"Mi generación lo ha tenido muy difícil para dedicarse únicamente al humor gráfico, como un Forges o el Roto", dice Sáez, una de las firmas más reconocidas en España, pero que ha de tocar "muchas teclas" para poder vivir de sus dibujos.

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