Juguetes antiguos y del mundo, en una exposición en Pamplona y Villava

  • Pamplona.- El Batán de Villava y los antiguos depósitos de agua de Mendillorri acogen hasta el 17 de enero una exposición con juguetes antiguos y de diferentes lugares del mundo, que amplían la visión sobre este elemento universal e imprescindible en todas las culturas.

Juguetes antiguos y del mundo, en una exposición en Pamplona y Villava
Juguetes antiguos y del mundo, en una exposición en Pamplona y Villava

Pamplona.- El Batán de Villava y los antiguos depósitos de agua de Mendillorri acogen hasta el 17 de enero una exposición con juguetes antiguos y de diferentes lugares del mundo, que amplían la visión sobre este elemento universal e imprescindible en todas las culturas.

Se trata de la muestra "Juegos y juguetes. Una experiencia compartida", organizada por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y la colaboración de Medicus Mundi Navarra, que ha aportado piezas de diferentes lugares del tercer mundo a la exposición itinerante del Museo del Juguete de la Universidad Politécnica de Valencia.

Ésta, que sirve de base a la iniciativa, ofrece piezas relevantes de su colección de juguetes antiguos y contemporáneos, con ejemplos como rudimentarios triciclos de más de un siglo, juegos de mesa, muñecas y cocinitas en su día destinados tan solo a las niñas, o arquitecturas con los más antiguos mecanos y los más modernos legos.

A esto se une la aportación de Medicus Mundi en forma de juguetes actuales procedentes de África, Latinoamérica y Asia, en los que la falta de medios y materiales modernos se compensa con imaginación y habilidad manual a la hora manufacturar muñecas, instrumentos musicales, cochecitos o aviones.

Así, desde Medicus Mundi se valora en una nota la "idea de ampliar la visión sobre el juego y los juguetes de las nuevas generaciones tanto hacia otros lugares (África, Latinoamérica y Asia) como hacia otras épocas (la mayor parte de la muestra recoge objetos del último siglo).

Desde esta ONG explican que son tres las ideas que se pretenden transmitir con esta exposición, la primera "abrir el ángulo y mostrar con juguetes, fotografías y vídeos, que lo local y lo universal se dan la mano en esta realidad", de forma que "los niños y niñas de los Andes juegan al chasqui y los africanos al wari, pero también al balón y a la china".

Lo que subyace bajo esta realidad es que "el derecho a jugar es universal", segunda idea que se pretende exponer, dada la "necesidad de generar las condiciones de que todos y todas las niñas del mundo tengan tiempo y espacios para poder jugar y por lo tanto para poder desarrollarse adecuadamente".

Sin embargo, en ocasiones esta función no es fácil de llevar a cabo, "ya que en muchos lugares tienen que ayudar en el trabajo a sus padres y madres para sostener la economía familiar y carecen de habitaciones propias o de patios públicos", algo que desde Medicus Mundi intentan corregir con los proyectos que llevan a cabo en diferentes lugares del mundo.

De su experiencia pueden constatar que muchos de los 250 millones de niños que trabajan más de 10 horas diarias lo hacen, especialmente en el sudeste asiático, "al pie de una cadena fabricando juguetes de bajo coste para que luego otros niños occidentales jueguen con ellos", lo que constituye "una paradoja de las Navidades sobre la que hay que reflexionar y actuar con coherencia".

El tercer mensaje implícito de la exposición es, especialmente "en una época y contexto muy consumista y materialista", mostrar que se puede jugar sin juguetes o con una simple chapa o tiza, de forma que "el juego es lo importante, no las cosas".

En coherencia con esta filosofía, la exposición está acompañada de talleres para niños, a quienes se enseña a elaborar sus propios instrumentos con los que participar en juegos tradicionales, que requieren "escasa tecnología y muchas ganas de pasarlo bien".

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