Julio Medem "todavía no he escapado de mí mismo"

  • Madrid.- Julio Medem recupera su pulso poético en "Habitación en Roma", una película que a priori era un "remake" pero que queda poseída por todas las constantes de la obra de uno de los realizadores más personales del cine español. "Cada película es una huida para mí, pero todavía no consigo escapar de mí mismo".

Julio Medem: "Todavía no he escapado de mí mismo"
Julio Medem: "Todavía no he escapado de mí mismo"

Madrid.- Julio Medem recupera su pulso poético en "Habitación en Roma", una película que a priori era un "remake" pero que queda poseída por todas las constantes de la obra de uno de los realizadores más personales del cine español. "Cada película es una huida para mí, pero todavía no consigo escapar de mí mismo".

Partiendo de la cinta chilena "En la cama" y después de las críticas recibidas por "Caótica Ana", Medem asumió el reto de constreñir su universo a una "Habitación en Roma", ajustar su tempo a una sola noche y exprimir su consabida habilidad para la dirección de actores con Elena Anaya y la rusa Natasha Yarovenko.

"Nunca había hecho una película tan difícil y tan a mi contra", aseguró el director de "Tierra" y "Vacas", quien quiso dejar clara su intención de "que resulte natural una historia de deseo, atracción y amor entre dos mujeres".

Y es que, entre esas cuatro paredes, Medem viaja hacia sus destinos favoritos: el encuentro casual, el amor y el sexo. Su cámara viaja por los cuerpos desnudos de las dos protagonistas como si fueran las playas de Formentera en "Lucía y el sexo" o los paisajes árticos de "Los amantes del círculo polar".

Siguiendo con su obsesión por las vías de escape, Medem expresó cómo para él "el amor es la fuga máxima" y "Habitación en Roma" no es sino "la historia de dos personas que se acaban de conocer y que se entregan la una a la otra de tal manera que empiezan a ver en peligro las vidas que han llevado hasta ese momento", resumió.

Esa posible ruptura es la que planea sobre las dos amantes accidentales, Alba y Natasha, tocadas por el éxtasis artístico de la ciudad eterna -"es una película muy pictórica", según Medem- y por las heridas de sus respectivas almas.

Y todo bajo el influjo de la noche, con el inglés como lengua franca y con la disputa entre el pudor y la osadía por tomar las riendas de los personajes, azuzados por la música de Jocelyn Pook.

Después del mimo con el que Medem ha tratado este filme pequeño pero complejo, el realizador dice estar "un poco harto" de que "Habitación en Roma" haya levantado expectación solamente por sus escenas de sexo y su contenido lésbico.

Cuando la rueda de prensa se abrió con la pregunta de por qué había decidido cambiar la pareja heterosexual de la película original por una relación entre dos mujeres, exclamó: "Pues empezamos bien. Sí que habéis entendido bien la película".

"Tras 'Lucía y el sexo' me dije que no volvería a hacer una película con sexo", aseguró, "pero lo que mandan son las historias", y Medem, de nuevo, no pudo escapar del que es uno de sus ejes fundamentales. "Pero yo tengo muy claro el papel del sexo en una película cuyo clímax es fundamentalmente romántico", afirmó.

Para crear esa intimidad, Elena Anaya -que vuelve a trabajar con Medem tras "Lucía y el sexo"- explicó cómo la única clave fue el trabajo. "Después de quince años de trabajo, me sigue pareciendo muy difícil actuar. Y desde luego es más difícil hacer una película desnuda que vestida".

Yarovenko, en cambio, dijo que aun siendo "la mujer más pudorosa del mundo", le fue "más difícil desnudar el alma que el cuerpo" al abordar su personaje.

Ambas van dando esquinazo a los distintos disfraces de sus personajes para encontrarse con su verdadera esencia. "Pero, conforme se van acercando, se crea también distancia. Tienen miedo a enamorarse y el amor puede crearse en cuestión de horas", concluyó Medem.

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