La autora británica Christine Watson retrata una Nigeria llena de contrastes

  • Nigeria está lleno "de contrastes extremos, con historias en cada esquina para ser contadas", asegura la escritora británica Christie Watson que, en su primera y galardonada novela "El frágil vuelo de los pájaros", retrata la búsqueda de identidad de una niña de 12 años en un ambiente hostil.

Madrid, 30 oct.- Nigeria está lleno "de contrastes extremos, con historias en cada esquina para ser contadas", asegura la escritora británica Christie Watson que, en su primera y galardonada novela "El frágil vuelo de los pájaros", retrata la búsqueda de identidad de una niña de 12 años en un ambiente hostil.

Watson (Stevenage, Hertfordshire, Reino Unido) es una enfermera de Londres que, durante una baja maternal, realizó un curso de escritura creativa. Su primer libro, publicado en España por Siruela, obtuvo el Costa First Novel Award en 2011.

La autora compagina en la actualidad la enfermería con la escritura, dos profesiones que, señala en una entrevista con Efe, "se solapan en cierta forma, porque tratan cosas universales como la vida, la muerte o la enfermedad".

Tres temas que están muy presentes en su obra, en la que Blessing, una niña de 12 años, debe trasladarse al poblado de su abuelo desde su acomodado piso en Lagos junto con su hermano de 14 y su madre, después de que su padre decida entablar una relación sentimental con otra mujer.

En un ambiente hostil, privada de todas las comodidades de las que hasta entonces había disfrutado (electricidad, agua corriente o, incluso el colegio), Blessing aprenderá "cómo se puede sobrevivir y encontrarse a uno mismo", explica Watson.

La novela está escrita en primera persona, narrada por una Blessing adulta, que cuenta la historia a su hija pequeña, un relato con el que la autora reivindica la tradición de transmisión oral de las tribus de Nigeria.

Este país, el del padre de sus hijos, enamoró a Watson, que ha querido transmitir este sentimiento a sus lectores, a pesar de reconocer que no ha sido un escenario muy fácil de retratar para una primera novela, ya que "hay sitios que no aparecen en los mapas, sitios inseguros y complicados de conocer".

La autora realiza una dura crítica de las precarias condiciones en las que viven los habitantes del Delta del Níger, la corrupción y las luchas entre tribus provocadas por las empresas extranjeras del petróleo.

En la novela reina el personaje de la abuela de Blessing, una partera que, aunque acata las relaciones de superioridad del hombre sobre la mujer impuestas en su sociedad, es en realidad "la que manda".

A través de Blessing, que se convierte de la mano de su abuela en aprendiz de partera, la escritora denuncia también la práctica de la mutilación genital femenina, que en Nigeria sufren entre el 20 y el 50 por ciento de las niñas, cifra que aumenta hasta el 80 por ciento en algunas zonas rurales.

"La mutilación genital sigue existiendo en todo el mundo", destaca Watson, la cual considera que su práctica incluso se está incrementando, lo que provoca la muerte del 10 por ciento de las niñas tras la intervención.

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