La editora Laura Falcó Lara publica por primera vez sus relatos de terror

  • "Gritos antes de morir" es el debut literario de Laura Falcó Lara, editora de varios sellos del Grupo Planeta y nieta del patriarca José Manuel Lara, quien ha dado rienda suelta a su pasión por el terror psicológico en una obra que rinde homenaje a su admirado Stephen King "Siempre he escrito, pero lo hacía para mí", ha dicho a Efe en una entrevista Falcó Lara, quien colgaba sus relatos en un blog (http://blogdelauraf.blogspot.com.es/) hasta que el agente literario Daniel Hareg le pidió repr

Jose Oliva

Barcelona, 17 nov.- "Gritos antes de morir" es el debut literario de Laura Falcó Lara, editora de varios sellos del Grupo Planeta y nieta del patriarca José Manuel Lara, quien ha dado rienda suelta a su pasión por el terror psicológico en una obra que rinde homenaje a su admirado Stephen King

"Siempre he escrito, pero lo hacía para mí", ha dicho a Efe en una entrevista Falcó Lara, quien colgaba sus relatos en un blog (http://blogdelauraf.blogspot.com.es/) hasta que el agente literario Daniel Hareg le pidió representarla y le encontró editor, Gonzalo Canedo, de Libros del Silencio.

Psicópatas demoníacos, seres reencarnados, vampiros, bestias asesinas, niños venidos del mal con poderes sobrenaturales, espíritus malignos, criaturas de otros planetas, fantasmas amenazadores y monstruos con forma humana atraviesan las páginas de los veintisiete relatos que conforman el libro.

"El género de terror me encantaba desde pequeña, y de hecho yo odiaba las muñecas, me gustaba 'Casper', 'La familia Monster' y cuando me dejaron comencé a ver 'La dimensión desconocida' y películas de terror", confiesa Falcó Lara.

En la literatura tiene muy presentes a clásicos como Lovecraft y Edgar Allan Poe, Dean Koontz, Peter Straub y, sobre todo a Stephen King; y en cine las películas de los años 80 como "Carrie", "La zona oscura", "Poltergeist", "La semilla del diablo", "Creepshow", "La dimensión desconocida" o incluso las "Historias para no dormir" de Ibáñez Serrador.

Además de su imaginación, Laura Falcó recurre en algún caso a experiencias propias o cercanas con cosas que ha vivido y para las que no tiene una explicación lógica.

"El miedo -dice- es masculino, porque como editora (de Minotauro) sé quien compra mis libros, y en un 75 por ciento son hombres y en un 25 % mujeres, y eso es quizá porque a la mujer le gusta más lo romántico, lo histórico, y el hombre se siente más atraído por las historias más bestias, más masculinas en todos los sentidos".

Admite sentirse como un Jekyll y Hyde en esa relación íntima y esquizofrénica entre editora y autora y esa es, añade, la razón por la que no había publicado hasta ahora: "Como editora soy más crítica y además soy consciente de que el relato no tiene muchos lectores en España y que el género de terror todavía menos", afirma.

A partir de los 190 relatos incluidos en su blog, Falcó realizó una selección de 27, que "tienen en común el tema de la muerte, pues la mayoría de los protagonistas están muertos o van a estar muertos, o presencian alguna muerte o la muerte les acecha".

Se siente más atraída por el miedo psicológico que por el físico, comenta antes de dejar claro que nunca le gustó el 'gore', que "no da el subidón de adrenalina que proporciona el miedo a lo desconocido, al más allá, a ese elemento distorsionante de la realidad que no controlas".

Sin miedo a su propia muerte, la editora de sellos de Planeta como Timun Mas, Libros Cúpula o Zenith reflexiona que "la muerte nos da miedo porque es lo que menos controlamos en nuestras vidas".

La autora concede una importancia especial en sus cuentos a los diálogos, al considerar fundamental que "el lector de los relatos se meta de golpe en la acción, todo lo contrario que en la novela, donde el estilo puede ser más descriptivo".

Precisamente, Falcó Lara está ultimando la que será su primera novela, todavía sin editor previsto, que "seguirá siendo terror, pero no paranormal, sino que será más al estilo del Hitchcock de 'Psicosis' y 'Rebeca', con personajes atormentados, en situaciones límites, que no se sabe si es malo o está completamente loco".

La novela se desarrolla en una mansión victoriana en mitad de la campiña inglesa, pero en una época actual, apunta Falcó, que piensa seguir escribiendo como afición y no como oficio.

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