La evolución artística del retrato vista por Picasso, Bacon o Matisse

  • Concha Carrón.

Concha Carrón.

Madrid, 24 sep.- Ochenta retratos de grandes maestros del siglo XX como Picasso, Bacon o Matisse han dejado provisionalmente su lugar habitual en las salas del Centro Pompidou de París para instalarse en la Fundación Mapfre y brindar a sus visitantes un deslumbrante paseo por la historia de este género artístico.

"Autorretrato", de Francis Bacon; "Dédie", de Modigliani; "Busto de mujer", de Pablo Picasso, o "Dora Maar", de Antonio Saura, son sólo algunas de las obras incluidas en la muestra "Retratos. Obras maestras", que se inaugura mañana y que permanecerá en la Sala Recoletos hasta el 6 de enero.

La exposición, comisariada por Jean-Michel Bouhours, conservador del Museo Nacional de Arte Moderno-Centro Pompidou, abarca un periodo cronológico que se inicia con el retrato de "Erik Satie", realizado por Suzanne Valadon entre 1892-93, y concluye con "The Moroccan", de John Currin (2001).

Entre los artistas representados, muchas de cuyas icónicas obras se ven por primera vez en España, destacan, entre otros, además de Picasso, Bacon o Matisse, Robert Delaunay, Jean Dubuffet, Joan Miró, Georges Braque, René Magritte o Ignacio Zuloaga.

Sacar a las obras de su contexto habitual en el Centre Pompidou ofrece una "lectura distinta" de las mismas y también un nuevo "juego de miradas" entre los visitantes y los personajes retratados por los grandes artistas del siglo XX, según Bouhours.

Las ochenta obras recorren, según el comisario de la muestra, "buena parte" de la pintura del siglo XX, desde el post-impresionismo y el fauvismo hasta el movimiento cercano al pop art.

Así, el recorrido permite apreciar los cambios de estilo y forma experimentados en el retrato a lo largo del siglo, en paralelo a la exploración de la esencia humana por parte de los artistas, y se inicia con una galería de retratos de personajes del Montmartre de 1900 que indagan la cara oculta de la personalidad humana.

Dan fe de ese movimiento, cercano al psicoanálisis, las ojeras de las mujeres de Auguste Chabaud, la negrura de rasgos de Alexej von Jawlensky, la melancolía de "Dédie" de Modigliani o la mirada errante del botones de Chaïm Soutine o del poeta de Marc Chagall, encuadradas todas ellas en el apartado "Los misterios del alma".

Dentro del capítulo de Autorretratos, en el que los artistas se adentraban en los rincones más profundos de su personalidad, se pueden encontrar emblemas de la pintura del siglo XX, como los de Henri Matisse, Frances Bacon, Van Dogen, Vlaminck o Pougny.

La escultura "La musa dormida", de Brancusi; el "Retrato de la Sra. Heim", de Robert Delaunay, o la cabeza "El túnel", de Julio González son claros exponentes del movimiento artístico que aisla el rostro respecto del cuerpo, del que también forman parte Juan Gris o Pablo Gargallo.

En el apartado dedicado a la imperfección del rostro destacan las mujeres pintadas por el malagueño Pablo Picasso, aunque no es el único ejemplo de este arte, en el que también se pueden encuadrar el autorretrato de Gino Severini y otras piezas presentes en la muestra como el sobrecogedor retrato de "Caroline" pintado por Alberto Giacometti.

El recorrido de la exposición concluye con la relación entre pintura y fotografía, con sobresalientes ejemplos como "Kizette en el balcón", de Tamara de Lempicka, el emblemático "Retrato de mujer" de Pablo Picasso o "Roger y su hijo", de Balthus.

El director general de la Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, recordó que el Pompidou es el museo de arte contemporáneo "más importante de Europa" y que el mismo concentra gran parte "del patrimonio de la historia del siglo XX".

"Retratos" ofrece, en su opinión, un "juego de miradas" entre los artistas y sus espectadores en un momento en el que la solidaridad "es más necesaria que nunca" y en el que sería "oportuna" una reflexión "cómo nos vemos y cómo nos ven los demás".

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