La Ópera se muda a las butacas del cine

  • Más de 60 salas de cines españolas programan espectáculos de ópera en directo, o en diferido, y en formato de alta definición. El objetivo es lograr acercar la lírica a un público menos erudito.
David González / Aviondepapel.tv
David González / Aviondepapel.tv

La programación operística en los cines aparece también como fórmula de rentabilizar las butacas vacías en horarios menos comerciales (fuera de los márgenes del día del espectador y fines de semana).Este cambio de ubicación de los espectáculos líricos nos llega como idea importada. El primero en organizar este tipo de proyecciones de ópera en cines fue el Museo Metropolitano de Nueva York (Met). Desde hace unos años, el Met centró su radio de acción en los Estados Unidos y, posteriormente, saltó a una programación más vinculada con Europa. Ahora, la fusión “ópera + cine” también llega a España y la incluyen dentro de su cartelera salas como Cinesa, Yelmo Cineplex, Cinesur y, últimamente, también el grupo catalán CCCD.“Hay que tener en cuenta que el público del cine es bastante diferente del que acude a la ópera, por lo que, para los cines, reservamos una programación más popular. Por ejemplo, “El Orfeo”, de Monteverdi, del Teatro Real de Madrid, no tuvo mucho éxito el año pasado, mientras que con “La Traviata”, de la Opera Royal de Liegi, hemos agotado las entradas en muchas salas”, explica Alberto Dellepiane, director de la productora Dynamic, empresa italiana que desarrolla la programación y distribución de este tipo de contenidos en streaming.“La idea tiene ventajas. Desde el encanto del evento en directo vía satélite, el prestigio de llevar las mejores producciones europeas a un público internacional, hasta la elevada calidad audio y los video en alta definición, incluso la posibilidad de difundir la opera también donde no existe un teatro para la creación de una nueva generación de aficionados”, afirma Dellepiane. Así, la llegada de la alta definición y del cine digital ha convertido esta posibilidad en una salida natural de ingresos extra para unas salas de cines españolas cada vez más huérfanas de público. Los exhibidores cinematográficos han encontrado una vía de acceso a nuevos contenidos gracias a los proyectores digitales. La ópera es el primer paso. Seguramente, la lírica precederá a conciertos de música rock o partidos de fútbol. Sólo habrá que esperar.

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