La realidad, cruda y pop, del "sueño americano" de Duane Hanson en Bruselas

María Tejero Martín

Bruselas, 20 feb.- La realidad del "sueño americano", en su versión más cruda y pop, llega hoy a Bruselas de la mano de las esculturas del estadounidense Duane Hanson, un retrato hiperrealista que pone el dedo sobre la llaga en cuestiones como el aborto, la vejez o el consumismo.

"No estoy duplicando la vida, estoy haciendo una declaración sobre los valores humanos", afirmaba Hanson, un crítico certero de la banalidad de la sociedad del consumo que trató de plasmar en las más de 140 esculturas de hombres y mujeres que realizó entre 1965 y su muerte en 1996.

El estallido del Pop Art permitió al autor abandonar la abstracción para centrarse en la representación minuciosa de la sociedad estadounidense a través del hiperrealismo, explican los organizadores de la muestra "Esculturas del sueño americano" del Musée d'Ixelles, el barrio bruselense que vio nacer a un icono de la época, la actriz Audrey Hepburn.

Un niño dormido en un carrito, dos hermanos jugando a las tres en raya en el salón, un cowboy con gesto serio, una señora de la limpieza o un vendedor de pinturas ambulante son algunos de los personajes que pueblan el universo de Hanson, figuras que parece que, sin decir una palabra, interpelan al visitante sobre su propia existencia.

Hanson (1925-1996) extrae de su medio escenas cotidianas que, descontextualizadas, invitan a reflexionar sobre nuestro modo de vida, a veces desde la familiaridad que provoca un señor y una señora sentados en un banco o un hombre entrado en carnes conduciendo, lata de Coca Cola en mano, su cortadora de césped, y otras veces desde la crítica más punzante.

La obra "Basura" ("Trash, 1967) reproduce una papelera en la que se acumulan desechos, como cartones, latas o un paquete de detergente gastado, entre los que yace un bebé, aún con el cordón umbilical, que ha sido asfixiado con una bolsa de plástico.

En la escultura "Aborto" ("Abortion", 1965), que representa a una mujer embarazada tumbada sobre una camilla cubierta por una sábana blanca, el autor vuelve a abordar el tabú de los embarazos no deseados, una problemática sobre la que se posicionó en defensa de la legalización del aborto, apuntan los organizadores.

Pese a su pequeño tamaño, 64 centímetros, la figura crea un impactante contraste entre la representación inmaculada de una operación quirúrgica que ha sustituido al parto, dando paso a la ausencia de color, a la nada, que remite en fin a la ausencia de vida.

Para Hanson, "Aborto" fue un verdadero alumbramiento, que le llevó a cuestionarse su propia obra y a evolucionar hacia uno de los que serían su sellos propios: las reproducciones a escala humana, recalcan los organizadores.

Sin embargo, esto no permitió a la versión de mayor tamaño de la obra escapar, en una nueva vuelta de tuerca conceptual, de la destrucción a manos de su propio autor, junto con otras esculturas que para él no reflejaban aún su madurez como artista.

A partir de mediados de los sesenta, Hanson comienza a utilizar moldes obtenidos a partir de modelos vivos para sus esculturas, a los que viste con pelucas, ropa y accesorios reales, mientras su estilo evoluciona desde un discurso centrado en la crueldad y la injusticia de la sociedad hacia una visión más irónica de la vida.

"Anciana sentada en una silla plegable" ("Old lady in folding chair", 1976), "La pausa del almuerzo" ("Lunchbreak", 1983) o "Estudio de una mujer tomando el sol" ("Study of Sunbather, 1990-1991) son algunos de los pobladores del "sueño americano" de Hanson.

"Mi trabajo tiene que ver con la gente que lleva vidas tranquilamente desesperadas. Muestro la estupidez, el cansancio, el envejecimiento y la frustración", decía Hanson en una cita que los organizadores han destacado para dar la bienvenida a los visitantes de la exposición, que estará abierta hasta el 25 de mayo.