La Tate Modern repasa más de tres décadas de Paul Klee

  • Más de 130 obras del renombrado pintor germano-suizo Paul Klee (1879-1940), que reflejan la diversidad y complejidad del artista, se exhiben a partir del miércoles en la galería londinense de arte moderno Tate Modern.

Patricia Rodríguez

Londres, 14 oct.- Más de 130 obras del renombrado pintor germano-suizo Paul Klee (1879-1940), que reflejan la diversidad y complejidad del artista, se exhiben a partir del miércoles en la galería londinense de arte moderno Tate Modern.

La muestra "Paul Klee: Making Visible", recorre cronológicamente a lo largo de tres décadas la evolución de la versátil e intensa obra del pintor en óleos, acuarelas o tinta en 17 salas.

La exposición, que podrá contemplarse hasta el próximo 9 de marzo, "trata de expresar la intimidad del trabajo de Klee al tiempo que concede espacio a cada una de las obras", indicó hoy Matthew Gale, comisario de la muestra.

Desde la década de 1910, durante los años que Klee pasó en Múnich y en los que el pintor empezaba a darse a conocer, la muestra de la Tate pone un marcado énfasis en repasar la época en la que el artista daba clases, durante los años veinte, en la Bauhaus.

En esa escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura fundada por Walter Gropius en Weimar y cerrada por las autoridades prusianas en manos del partido nazi, Klee produjo algunas de sus pinturas abstractas más conocidas.

Con la composición "Fire in the Evening", de 1929, la popularidad de Klee, uno de los más renombrados artistas del Modernismo europeo, pasó a ocupar otro nivel internacionalmente.

"Paul Klee: Making Visible" refleja "la gran diversidad y complejidad de la producción de Klee" además de recoger "el equilibrio entre lo abstracto y las obras más arraigadas en el mundo real. Eso ocurre siempre en su obra y se ve en la exposición", afirmó Gale.

Este comisario apuntó que en las primeras salas del museo se ofrece un "contexto de sus primeros años en Múnich en 1912-1913, los años álgidos del arte abstracto en Europa" para plasmar a continuación la evolución del autor en los años de entreguerras, "cuando trabajaba en solitario, y producía cuadros pequeños cuando nadie le veía y desarrollaba su lenguaje abstracto".

Nacido en Suiza en 1879, Klee empezó a ganarse la vida como músico, al igual que su familia, aunque pronto dirigió sus inquietudes hacia la pintura, donde cabalgó entre el surrealismo, el expresionismo y la abstracción.

En esta disciplina, se unió en 1912 al grupo de artistas avant-garde "Blue Rider" de Kandinsky, con los que adquirió una mayor confianza en sí mismo.

La Tate muestra los primeros pasos del artista durante la I Guerra Mundial, cuando Klee se decantaba por sus "patchwork" de color abstractos.

Más tarde, el autor introduciría innovaciones en sus técnicas, como se aprecia también en las gradaciones de color de obras como "Suspended Fruit", de 1921 y "Memory of a Bird", de 1932.

En la década de los treinta, el pintor acometió algunos de los cambios más radicales en su obra, cuando los nazis le destituyeron de su posición como profesor y se refugió con su familia en Suiza, al tiempo que sus obras fueron retiradas de las colecciones en Alemania.

Aunque el propio Klee percibía su arte como "un proceso de creatividad espontánea y de crecimiento natural", aplicaba un gran rigor a su trabajo, recordó el comisario.

Pese a ser víctima de una enfermedad degenerativa, los dos últimos años de la vida del pintor fueron extremadamente productivos.

De esa última época es, por ejemplo, "Twilight Flowers", obra que él mismo seleccionó para que fuera incluida en la última exposición de su obra en la Kunsthaus Zurich, antes de su fallecimiento en 1940, si bien para entonces Klee estaba demasiado débil para asistir a la muestra.

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