La terna de rejoneadores a hombros en la primera de feria de León

  • Los rejoneadores Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Manolo Manzanares han salido hoy a hombros del León Arena en la primera tarde de feria de San Juan y San Pedro.

León, 29 jun.- Los rejoneadores Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Manolo Manzanares han salido hoy a hombros del León Arena en la primera tarde de feria de San Juan y San Pedro.

FICHA DEL FESTEJO:

Seis toros de Luis Terrón, reglamentariamente despuntados para rejones, bien presentados y desiguales de juego. Destacaron primero y sexto. El cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.

Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas.

Leonardo Hernández, oreja y dos orejas.

Manolo Manzanares, ovación y dos orejas.

El León Arena ha rozado los tres cuartos de entrada.

TODOS A HOMBROS DE LA PRIMERA TARDE DE FERIA

Hermoso de Mendoza ha ofrecido una exhibición, galopando a dos pistas, lo que ha propiciado el delirio del público. El toro se fue aplomando hasta quedarse parado y Hermoso de Mendoza, muy firme, tuvo que provocar la reunión echándose encima del morrillo.

En el cuarto, mantuvo la misma línea destacando un par de las cortas a dos manos, que reventó los tendidos. Muy celebrado toda la tarde.

Leonardo Hernández no ha tenido demasiadas opciones frente al primero de su lote, un toro desrazado que se dolió al castigo. Se adornó con piruetas encadenadas en un gesto de voluntad y profesionalidad. El animal, muy distraído, no colaboró en ningún momento.

Ha demostrado en el quinto que está en el camino de convertirse en figura del rejoneo. Ha medido bien las distancias, le ha dado ventaja a su enemigo, y ha dibujado una labor muy meritoria.

Manolo Manzanares no ha escatimado esfuerzo alguno en el tercero del encierro. El toro, justito de casta aunque noble, se arrancaba oleadas y eso ha deslucido una labor que no pudo ir a más, pese a las innegables intenciones del caballero, que ha desarrollado un toreo a caballo de notable escuela.

En el último de la tarde, Manzanares ha salido a cortar las orejas. El toro, que había aparecido en el ruedo con muchos pies, fue perdiendo gas, lo que ha desencadenado que la emoción la pusiera el rejoneador de principio a fin.

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