La villa medieval de Obidos quiere ser la mayor librería de Portugal

  • El pueblo medieval de Obidos, ya famoso por su festival del chocolate, quiere reconvertirse en Villa Literaria de Portugal con una iniciativa para albergar, en librerías temáticas, todos los títulos publicados por editoriales lusas.

Ana Aranda Menéndez

Lisboa, 16 jun.- El pueblo medieval de Obidos, ya famoso por su festival del chocolate, quiere reconvertirse en Villa Literaria de Portugal con una iniciativa para albergar, en librerías temáticas, todos los títulos publicados por editoriales lusas.

La apertura, esta semana, de su primera Feria del Libro ha dado la señal de salida al proyecto que aspira a hacer de esta localidad amurallada, a unos 75 kilómetros al norte de Lisboa, "un destino internacional de la cultura", como dice a Efe su alcalde, Telmo Faria.

La iglesia de Santiago, una de las joyas arquitectónicas de la localidad, alberga ya una librería generalista con capacidad para más de 40.000 textos que ha puesto el patrimonio de Obidos, fundado en el siglo XII y de poco más de 3.000 habitantes, "al servicio del libro".

La idea, apadrinada por las autoridades y comerciantes de la villa, partió de Jose Pinho, dueño de una de las más populares librerías de Lisboa, "Ler Devagar" (Leer Despacio).

Además de la iglesia, levantada hace 827 años, la red de librerías que componen la base del proyecto la forman también otros espacios del pueblo que unen a sus actividades habituales la venta de libros temáticos.

Una galería ofrece títulos de arte y arquitectura; un espacio "gourmet" dedica parte de sus salas a textos sobre gastronomía y enología; y uno de los museos de la villa ofrece obras de arqueología, historia y patrimonio, mientras otro se centra en el mundo del cine, el teatro y las artes escénicas en general.

Seis de los espacios temáticos han sido inaugurados durante la Feria del Libro, y han recibido este fin de semana sus primeros visitantes.

Pero la Sociedad Vila Literaria, que gestiona el proyecto, quiere ir mucho más lejos y establecer, en total, una docena de locales a los que además se sumarán otros cedidos por el municipio y los comerciantes de Obidos, de forma que los libros y la literatura impregnen toda la ciudad.

La Sociedad y el Ayuntamiento se han marcado como objetivo que los espacios del libro repartidos por el pueblo alberguen, a finales de 2015, todos los títulos publicados por las editoriales portuguesas, señala Pinho, que en esta fase inicial del proyecto ha cambiado su residencia de Lisboa a Obidos.

La oferta editorial de la villa medieval reunirá no solo las publicaciones recientes de las editoriales lusas, sino ejemplares descatalogados, raros o de segunda mano, así como títulos en lenguas distintas al portugués, con vistas a los turistas extranjeros.

El Ayuntamiento confía en que no serán un obstáculo los costes del proyecto, cuya mayor partida hasta ahora -el acondicionamiento de la iglesia de Santiago valorado en 300.000 euros- ha sido financiado en un 85 % con fondos comunitarios europeos.

Para habilitar el resto de los espacios se prevén gastos mucho menores y el alcalde explica que "en el mercado, por ejemplo, se han construido estanterías con cajas viejas de fruta cedidas por los agricultores".

Con la organización de varios festivales literarios a lo largo del año, Obidos quiere además destacarse de otros pueblos europeos con iniciativas culturales parecidas, como Hay-on-way en Gales o la vallisoletana y también medieval Urueña.

El más importante de esos certámenes comenzará dentro de diez meses, con carácter anual, y según Pinho planea traer a la localidad a autores de relevancia internacional, como los ganadores del premio Nobel de literatura.

El nuevo proyecto de Obidos vendrá a reforzar las actividades y ferias que ya organiza la villa, cuyas calles se abarrotan de miles de visitantes en la Navidad, durante los torneos y desfiles de ambientación medieval y en el Festival del Chocolate, que este año ha celebrado su undécima edición.

Situado en un promontorio poblado desde la prehistoria, Obidos albergó sucesivamente a celtíberos, romanos y árabes hasta que en 1.148 el primer rey de Portugal, Afonso Henriques, conquistó la localidad cuyas murallas son aún su principal símbolo.

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