"Las Meninas" de Hamilton entran en el Prado de la mano de Goya y Picasso

  • Madrid.- El artista británico Richard Hamilton (Londres, 1922) entra en el Museo del Prado de la mano de Goya y de Picasso en una exposición en la que los tres artistas muestran su particular acercamiento a "Las Meninas" de Velázquez.

"Las Meninas" de Hamilton entran en el Prado de la mano de Goya y Picasso
"Las Meninas" de Hamilton entran en el Prado de la mano de Goya y Picasso

Madrid.- El artista británico Richard Hamilton (Londres, 1922) entra en el Museo del Prado de la mano de Goya y de Picasso en una exposición en la que los tres artistas muestran su particular acercamiento a "Las Meninas" de Velázquez.

Considerado como uno de los padres del Pop Art, aunque el prefiere que le definan como "abuelo del Pop Art", Richard Hamilton exhibe en el Prado su aportación al homenaje a Picasso que se realizó con motivo del noventa cumpleaños del artista malagueño.

Se trata de cinco dibujos preparatorios y preliminares y seis pruebas de estado que culminan en la estampa definitiva con la que Hamilton contribuyó a este homenaje a través de su reinterpretación de la obra de Velázquez.

Junto a la exhibición por primera vez al público de este proceso creativo se muestran un dibujo y tres pruebas de estado de la personal interpretación que hizo Goya de la obra de Velázquez. La exposición se completa con un dibujo en azul pintado por Picasso en 1957 sobre una hoja de papel de cuaderno, para su serie sobre "Las Meninas".

Estas obras, tres de las interpretaciones más memorables, suponen un nuevo acercamiento a la obra de Velázquez que impresionó a Hamilton. "Cuando vi la pintura por primera vez hace muchos años, nunca había contemplado un cuadro igual y nunca lo he vuelto a ver. Fue una gran experiencia de la que nunca me he desprendido y que vuelvo a experimentar cada vez que contemplo la obra".

Lleno de vitalidad a pesar de sus 88 años, el artista británico fue explicando a los periodistas el progreso de sus dibujos hasta llegar a la estampa final con la que contribuyó al "Homenaje a Picasso" junto a otros sesenta artistas que participaron con obra gráfica en la carpeta con la que se pretendía festejar el noventa cumpleaños del artista malagueño.

El porfolio no vio la luz hasta 1973 convirtiéndose en el primero de los homenajes póstumos a Picasso.

La aportación de Hamilton fue "Las Meninas de Picasso", un aguafuerte con aguatinta sobre papel blanco realizado con Aldo Crommelynck, el grabador con el que Picasso elaboró sus estampas durante más de veinte años.

Al artista británico le interesó mucho "trabajar con el grabador que había trabajado con el mejor grabador al agua fuerte de, al menos, el siglo XX: Picasso. Sus grabados eran la perfección absoluta".

En su obra, Hamilton transforma a Velázquez en Picasso, que en lugar de la Cruz de la Orden de Santiago aparece con una hoz y un martillo, y sustituye a los protagonistas originales con figuras picasianas.

Hamilton combina todos los estilos del pintor malagueño, desde el período azul, el rosa, el clasicismo, el expresionismo y una especial atención al cubismo, y aplica todas sus técnicas, integrando todos los lenguajes de Picasso en una sola imagen.

Pintor, grabador, diseñador, tipógrafo, teórico, uno de los principales estudiosos de la obra de Marcel Duchamp, cree que el concepto de pintura de "Las Meninas" de Velázquez es apasionante y no se puede valorar una cosa por encima de la otra. "Es como si me preguntan cual es el plato que más me gusta de El Bulli, no puedo distinguir uno sobre otro", señaló en referencia a su gran amigo Ferran Adrià.

Emocionado por "la experiencia extraordinaria" de contemplar sus obras en el Prado, junto a Goya y Picasso", cree que el de Las Meninas "es el gran interior de la historia".

Esta exposición coincide también con la exhibición del cuadro "Las hijas de Edward Darley Boit", pintura de John Singer Sargent que tuvo también su fuente de inspiración en Las Meninas.

"Nunca había contemplado esta obra en directo, es muy interesante. El cuadro está pintado después de la invención de la fotografía y, de alguna manera, el artista ha incorporado su conocimiento y funcionamiento, con un foco central y el resto desenfocado. En el cuadro de Velázquez todo está definido al mínimo, en el de Sargent no".

Mila Trenas

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