Las pinturas del claustro de El Paular vuelvel tras 177 años de aventuras

  • El monasterio de Santa María de El Paular acoge desde ayer la serie cartujana de Vicente Carducho, 54 lienzos que fueron pensados para  decorar el claustro mayor del monasterio y que llevaban fuera casi dos siglos.

Han vuelto para quedarse. Tras dos siglos de aventuras,  los lienzos que Vicente Carducho  pintó por encargo de la orden cartujana han conseguido llegar sanos y salvos a casa. El Monasterio de El Paular les acoge con los brazos abiertos.

'El claustro recibe algo que nunca tenía que haberse ido, su mayor tesoro' asegura la ministra de Cultura González Sinde en la presentación de la instalación en el claustro mayor de Santa María de El Paular del ciclo de pinturas sobre la vida de San Bruno de Colonia, fundador de la orden cartujana y de hechos notables de la orden en toda Europa, que Vicente Carducho empezó a pintar allá por el año 1626.

 

La serie cartujana partió del convento en 1835, con la desamortización de Mendizábal. Las telas primero fueron enviadas al madrileño convento de Trinidad, sede del Museo Nacional de Escultura y Pintura, dónde permanecieron hasta el cierre del mismo. Desde entonces han sufrido un largo periplo: repartidas por toda la geografía española y almacenas en distintos museos e instituciones, se encontraban en muy mal estado hasta que el Museo Nacional del  Prado acometió las obras de restauración en 2002.

Las arcadas góticas del claustro mayor, que unía las celdas de los monjes cartujos, abrazan con entusiasmo los lienzos con forma de arco de medio punto. No hay sitio mejor para ellos. Llegan a un Paular renovado, objeto de un ambicioso proceso de restauración. Durante dos siglos esta maravilla arquitectónica permaneció abandonada. Desde 1876 pertenece al Estado aunque de momento, hasta el 2014, hay un convenio de cesión a la orden benedictina. 'El monasterio está llamado a convertirse en un sitio de referencia de la Comunidad' aseguró la ministra en la presentación.

Carducho, que nació en Italia pero que pasó la mayor parte de su vida en España, pintó está serie de lienzos por encargo de la orden cartujana. Fue elegido para el proyecto por ser uno de los pintores de historia preferidos de la corte de Felipe IV  y por su maestría a la hora de captar los momentos. 'Los cuadros son una verdadera película sobre la vida de San Bruno de Colonia; de ahí la necesidad de colocarlos siguiendo la serie', asegura Leticia Ruiz.

El objetivo de los cuadros era 'reforzar la fe de los monjes cartujanos'. Los 27 primeros narran la vida de San Bruno de Colonia, fundador de la orden cartujana, quién abandonó la vida pública en busca de un retiro espiritual seguido por seis discípulos. El resto muestran hechos notables de los cartujos en toda Europa y reflejan tópicos propios del Barroco: oración, martirio, milagros y visiones.

'Después de 177 años la historia recupera a Carducho como pintor', dice Leticia Ruiz. Así mismo,  González Sinde asegura que 'la recuperación de los cuadros es una metáfora de España: en el siglo XIX no sabían qué hacer con ellos; ahora están recuperados y salvados'.

lainformacion.com
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