Las ratas de Rigola y Bolaño inundan de teatro los canales de Venecia

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Venecia, 2 ago.- Es probable que Roberto Bolaño no soñara jamás con que su cuento "El policía de las ratas" inaugurara la Bienal de Venecia escénica ni que sus canales fueran el "continuum" real de su historia, pero eso es lo que ha hecho esta noche Álex Rigola, que ha inundado con su teatro la apertura de la 42 edición.

Rigola (Barcelona, 1969) es el director de la sección de teatro de la Bienal desde 2010, pero además ha querido que su debut escénico en ella fuera el estreno absoluto de este homenaje a su admirado Bolaño, del que ya ha llevado al teatro "2666", el que abriera los once días que la ciudad dedica a las "mejores propuestas del mundo".

Son 18 producciones internacionales, entre ellas las también españolas "El año de Ricardo", de Angélica Lidell, y "Mi gran obra", de David Espinosa, con 55 funciones para 9.500 espectadores en 14 espacios de la ciudad.

La suya, interpretada con una estremecedora aproximación a la "maldad", a la degradación de una sociedad alienada, por dos de sus "inseparables", Andreu Benito y Joan Carrera, es tan sencilla y compleja como el texto de Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003).

Dos sillas de oficina, dos micrófonos, una manta térmica que tapa "algo" y una bolsa con sangre colgando en el aire componen la escena que entre hoy y el 7 de agosto acoge el teatro alle Tese, situado en lo que eran hace 800 años los astilleros más activos de Europa.

Después de decir, en castellano, porque así lo escribió Bolaño, y con subtítulos en italiano, aquello de "las ratas no matan ratas", los "roedores" Benito y Carrera han salido a la búsqueda de "otros locos que quieren ser libres y no habitar en el miedo" abriendo la puerta a sus espaldas y ahí aparecido, atravesado por gaviotas, el canal de agua que habitan sus "primas" de dientes poderosos y pelaje pardo.

"Nunca jamás habrá un final como este para este montaje", admitía Rioga a Efe, feliz con el impacto y la sorpresa que consigue con su idea.

"El policía de las ratas" es un cuento de Bolaño incluido en la última recopilación -"El gaucho insufrible"- que escribió el narrador y poeta.

Es un cuento de novela negra, poético y laberíntico, en el que la temática principal es la reivindicación del derecho a la diferencia, a la particularidad de cada uno, lo que permite la evolución de la especie, algo especialmente importante en el campo del arte.

"El policía de las ratas" tiene apariencia de thriller, de relato detectivesco, pero es también un homenaje a un cuento de Kafka, en el que la protagonista es "una rata artista", "Josephine la cantante", en la que se aborda la relación con el público.

Es un proyecto que "rondaba" desde hace muchos años a Rigola y que se materializa en el momento idóneo, en el que la voluntad del poder de "calmar las voluntades es mayor que nunca" y en el que se pretende la extinción "del arte que tiende a la excelencia", según el director.

Pepe el Tira, "de tirano, que es así como llama mi pueblo a los policías", husmea por los corredores y túneles de las alcantarillas, sobre todo las cegadas, encontrando cadáveres "extraños".

Con ese "mimbre", Bolaño, y Rigola de paso, "aprovechan" para reflexionar sobre la violencia del presente, para "escupirle" a la cara a la cultura del folletín, "que no puede ser el único camino" en el que fijarse.

Con la sola palabra, afilada, modulada y entregada en un hipnótico "tempo" por Benito y Carrera, el director resalta la fuerza simbólica del texto.

Es, dice su director, "desoladora", triste, pero también tiene momentos "simpáticos": "es alta literatura con la expresión de cabaré literario, con personajes que son a la vez narradores y a la vez sujetos de la acción".

Antes del estreno del montaje, Rigola, y el presidente de la Bienal de Venecia, Paolo Baratta, han entregado los leones de Oro y Plata, a Romeo Castellucci y Ángela Liddell, respectivamente.

Italia, según explicaba Baratta, "paga" así la "deuda" que tenía con el dramaturgo, artista plástico y escenógrafo italiano (Cesena, 1960) y reconoce el "teatro de resistencia" de Lidell (Figueras, Gerona, 1966), que se convierte así en la primera española que lo recibe.

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