Los bailes más sexys de la historia del cine

Penélope Cruz es sólo la última, o la penúltima, en protagonizar una de esas escenas de baile que encienden a la platea. Las piernas suben, bajan, se abren, se cierran y el espectador se queda prendado en ellas. Recordemos una de las escenas que pueden conquistar el voto de los académicos hollywoodienses en Nine.

No podemos saber en qué otras escenas se inspiró la actriz española para su número circense, ya que ella nunca lo confesaría, pero sí podemos realizar nuestra propia quiniela. Estas son algunas escenas escogidas que merecen darle al play.

A Catherine Z. Jones sus escenas en Chicago sí le valieron la estatuilla y además también en un musical, dirigido por Rob Marshall en 2002. Puede que Cruz espere su misma suerte. Y tampoco podemos olvidar a la Demi Moore que se reinventó en Striptease y avanzó furiosamente por la pasarela. Una película de 1996 dirigida por Andrew Bergman.

Vayamos con la técnica del lap dance. La primera de las escenas pertenece a Death Proof (2007) de Quentin Tarantino, un director al que le encanta el baile sexy. La clase magistral de Vanessa Ferlito debería enseñarse en las escuelas. Otro ejemplo de lap dane más reciente es el que pudimos ver a cargo de Marisa Tomei en The Wrestler (2008) sobre un homenajeado Mickey Rourke en esta película de Darren Aronofsky. Y, por último, otro muy célebre es el de Elizabeth Berkley sobre Glenn Plummer en la película de Paul Verhoeven de 1995 Showgirls, en ella os críticos se sintieron estafados pero el público se sintió reconfortado.

Los ambientes de los clubs son lugares propicios para los bailes más sexys de la cinematografía. Atom Egoyan creó un ambiente único para su gran película Exótica (1994) y, entre las bailarinas del local, destacaba Mia Kirshner. Además, en la nueva película de Jessia Biel, Powder Blue (Timothy Linh Bui, 2009) la actriz interpreta un impresionante baile de barra vertical. Otro subgénero dentro del baile erótico en el cine.

Vamos con un hermano artístico de Quentin Tarantino, Robert Rodríguez. Salma Hayek en Abierto hasta el amanecer (1996) realizó un gran espectáculo en un perverso antro en medio del desierto. Y un mito, porque pocas veces una escena tan corta en la historia del cine acarrea tantos fans. Oola tiene legiones en internet por este baile antes de morir delante de Jabba the Hutt en El retorno del Jedi (1983).

Cerramos nuestra selección con un clásico que demuestra que insinuar puede ser más potente que mostrar, y para ello ahí está la mitad del streaptease de Rita Hayworth en Gilda (1945) de Charles Vidor.