Los éxitos pueden ser tan grandilocuentes como volátiles

  • Carlos Rubio.

Carlos Rubio.

Madrid, 14 jun.- Pese a que los triunfos de "La Roja" ayudaron a España a proyectar una imagen de país competitivo, moderno y exitoso, los escándalos de corrupción y la crisis económica e institucional han propiciado que la visión de los europeos sobre la identidad española se remonte al franquismo.

Las victorias de la selección en las eurocopas de 2008 y 2012 y del Mundial 2012 han sido lo más exitoso que ha logrado vender la Marca España en el extranjero, pero dichas hazañas, que insertaron en el ideario colectivo mundial consignas sobre un país con éxito, competitividad, unión y fuerza, se han esfumado en los últimos años.

Sin embargo, pese a este cambio de percepción, España aún mantiene, como contrapartida, una imagen de superioridad en algunos ámbitos del terreno deportivo.

Esta es la tesis que sostiene el historiador e investigador Alejandro Quiroga Fernández, que narra en su libro "Goles y banderas. Fútbol e identidades Nacionales" como el 'deporte rey' -al igual que otras disciplinas- produce, moldea y promueve identidades y genera estereotipos (a veces artificiales y cambiantes) que pueden calar en el ideario colectivo.

El "discurso" de "modernidad" y "éxito" de España llegó a expandirse antes de la crisis y recaló con fuerza, principalmente entre 2008 y 2010, como sostiene el autor del libro, quien en una entrevista concedida a Efe ha afirmado que lo más exitoso que ha "logrado vender" la Marca España han sido las victorias de "La Roja" vinculadas a determinadas connotaciones.

Azotaron los tiempos de crisis durante la última legislatura socialista y posteriormente empezaron a brotar en la prensa escándalos de corrupción, hechos que provocaron que ese "intento de vincular victorias deportivas a lo estatal" y "de convertir una nación en un producto asociado a las cualidades de los habitantes" acabara, en parte, esfumándose para retrotraer estereotipos de hace más de 30 años, explica el autor.

"Todos los estereotipos del español en época del franquismo han vuelto", afirma Quiroga.

De esta manera, los tópicos sobre vagos, poco productivos o gente medianamente pobre que es holgazana y que se entrega fácilmente a la siesta, son calificativos y descripciones superficiales sobre la idiosincrasia española que desde hace años conviven con las hazañas deportivas en las páginas de los medios de comunicación.

¿Pueden las victorias futbolísticas determinar la imagen de éxito de un país?. En un principio si lo hicieron e influyeron en ese cambio de percepción, como recogían los titulares de la prensa extranjera.

Pero en pocos años ese icono de país exitoso quedó ensombrecido por los problemas internos del país, no solo políticos y económicos, sino también territoriales.

Posteriormente, "La Roja" solo ha funcionado "como paliativo emocional" -arropado por una narrativa del éxito- en un momento en el que la crisis económica, social y política "ha proyectado la imagen de un país devastado tanto dentro como fuera de España", reflexiona el historiador.

Además de servir como "paliativo emocional" para los ciudadanos ante las calamidades, las victorias de la selección también lograron, según el autor, cambios en las percepciones nacionalistas autonómicas.

Este es el caso de Cataluña, en donde las victorias contribuyeron a expandir "una estructura mental de identificación nacional con España en diferentes ámbitos" en momentos en los que el apoyo a la independencia alcanzaba máximos históricos.

Hecho denominado como dualidad de identidades -la nacional y regional- que pueden convivir conjuntamente y que, en coincidencia con acontecimientos deportivos de gran calado, llegan a beneficiarse mutuamente.

Pero habría que observar cómo operará esa dualidad de identidades y con qué intensidad interactuará frente al avance de la consulta soberanista propuesta por presidente de la Generalitat, Artur Mas, y una hipotética victoria de la selección en el Mundial de fútbol 2014.

Si bien, los europeos han vuelto a percibir a los españoles como vagos y seres encasillados en época franquista, se infiere que los éxitos que se ensalzan como nacionales y propios de una identidad pueden ser tan grandilocuentes como volátiles.

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