Luis Mateo Díez: "A la página en blanco hay que llegar con confianza"

El buen uso del lenguaje, como materia prima literaria, siempre ha sido una máxima para el escritor y académico Luis Mateo Díez. El autor nos cede este quinteto de reflexiones sobre su experiencia literaria, tras cerrar su participación en el evento Escritores y sus fantasmas, organizado por la Fundación Mapfre. Proseguimos así con la serie de autores que nos adentran en sus quehaceres literarios y creativos.

PRIMERO. Escribo en mi despacho, un espacio de la casa que me incita a ello, acaso por la costumbre. Lo hago en el ordenador, pero siempre con un folio al lado para las notas y el cuaderno donde he ido orientando mi trabajo. Un cuaderno de bitácora con la navegación de la novela.

SEGUNDO. Inspiración es concentración. La concentración se emparenta psicológicamente con la obsesión. A la página en blanco hay que llegar con la confianza en lo que uno se trae entre manos. Confianza y convicción.

TERCERO. ¿De qué escribir? De lo que nutre la obsesión de hacerlo.

CUARTO. A los personajes hay que vislumbrarlos, luego apoderarse de ellos y después vivirlos.

QUINTO. Siempre existe algún escritor que puede servirte de referencia. Hay que buscarlo. Es ese escritor que sientes como posible espejo, nada más. El aprendizaje siempre tiene que ver con el descubrimiento, pero lo fundamental es saberse leer uno mismo.

Repasa los consejos de otros escritores:

Decálogo de Javier Cercas: "Ni se te ocurra escribir para los críticos".Cinco consejos de Ricardo Menéndez Salmón: "Las crisis son buenas para el escritor".Clara Sánchez: "Cuando la mirada está distraída es más difícil que te sacuda la intuición".Rosa Montero: "Uno escribe porque no tiene más remedio"

Luis Mateo Díez nació en Villablino, León, en 1942. Su primer libro de cuentos, Memorial de hierbas, apareció en 1973. Ha publicado sus novelas Las Estaciones Provinciales (1982), La Fuente de la Edad (1986), con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica, Apócrifo del clavel y la espina (1988), Las horas completas (1990), El expediente del náufrago (1992), Camino de perdición (1995), La mirada del alma (1997), El paraíso de los mortales (1998), Días del Desván (1999), Fantasmas del invierno (2004) y La gloria de los niños (2007). Sus fábulas están reunidas en El diablo meridiano (2001), El eco de las bodas (2003), El fulgor de la pobreza (2005) y Los frutos de la niebla (2008). Y todos sus cuentos están recogidos en El árbol de los cuentos (2006). El libro El reino de Celama (2003) reúne sus tres novelas ambientadas en ese lugar imaginario y El sol de la nieve (2008) incluye por vez primera aventuras de los niños de Celama. Con La ruina del cielo (2000) obtuvo el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Luis Mateo Díez es miembro de la Real Academia Española.