Macro Extremo: la naturaleza microscópica convertida en arte

  • Detalles minúsculos de insectos y plantas se convierten en obras de arte con técnicas de este siglo desarrolladas en los laboratorios para ampliar los horizontes de la naturaleza.

Tatiana Moreno

Madrid, 19 feb.- Detalles minúsculos de insectos y plantas se convierten en obras de arte con técnicas de este siglo desarrolladas en los laboratorios para ampliar los horizontes de la naturaleza.

El macro extremo, como se conoce la nueva técnica que permite estos prodigios, nace hace menos de cuatro años en Alemania, donde un grupo de investigadores se interesó por observar en laboratorio la profundidad de los cristales minerales, pero en poco tiempo se la han apropiado los artistas.

En España, el fotógrafo y amante de la naturaleza Ángel Febrero es pionero en esta disciplina.

Licenciado en Bellas Artes, él mismo explicó a EFEverde cómo el macro extremo le permite ver "miles de detalles que antes pasaban desapercibidos", como la lengua de una mosca, o la forma de una hoja de olivo. "Ahí está la magia de estas fotos", descubrir la belleza "micro" de la naturaleza, afirmó.

El fotógrafo naturalista reconoció que se requiere de "mucha paciencia" ya que las ópticas de microscopio no tienen tanta profundidad de campo e impiden capturar al insecto entero de un sólo disparo.

"Muy pocas personas se atreven con esta técnica en España, donde sigue siendo prácticamente desconocida". dijo.

El equipo básico necesario para obtener estas imágenes requiere una cámara reflex, carriles micrométricos, tubos de extensión y lentes especiales, "similares a las utilizadas en microscopios".

Además de estos instrumentos, es "imprescindible" un programa informático específico para apilar las imágenes tomadas con la instalación, y que es en gran parte responsable de que se puedan obtener fotografías tan meticulosas.

El resultado son imágenes más parecidas a las de un microscopio de barrido de electrones, que a las que toma una cámara reflex con un objetivo macro tradicional.

El marco extremo abre los ojos a detalledas de plantas, insectos y otros elementos de botánica nunca antes vistos.

Para Febrero, lo más interesante de esta técnica es que "no sabes lo que vas a encontrar" cuando se hacen las fotografías porque aparecen rasgos que no se ven a simple vista y "son alucinantes".

En ocasiones, es necesario hacer más de 100 fotos del mismo elemento, con diferencia de milímetros entre unas y otras, y que luego se unirán con el software informático, para poder obtener la imagen final.

Hay que estar pendiente de lo más mínimo. Cualquier foto de este estilo necesita, "en el mejor de los casos", al menos cuatro horas de trabajo, precisó el experto.

Por lo delicado y milimétrico de este método, es necesario que el equipo no reciba ningún tipo de movimiento ni de vibración mientras se trabaja porque, a escalas tan pequeñas, "cualquier cosa modifica el resultado final".

"Todo debe estar muy quieto, no se puede escuchar música porque las vibraciones del sonido interfieren con el equipo. Si estoy haciendo fotos y la vecina da un portazo, tengo que parar y repetirlo todo de nuevo", apuntó.

Ángel Febrero colabora en el programa "La Aventura del Saber", de la 2 de Televisión Española (TVE), y este mes dedicará un capítulo de "Cuadernos de Gaia", el espacio que presenta, a su trabajo con el macro extremo.

Fundador de su propia empresa, desde 1991 destina parte de su tiempo al montaje de dioramas, decorados, rodajes de documentales y preparación de módulos para museos y exposiciones con estas "producciones artísticas" de la naturaleza.

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