Madrid. Exposición de belenes en el palacio real y en el monasterio de la encarnación


El Palacio Real acoge hasta el próximo 15 de enero el Belén del Príncipe, mientras que el Monasterio de la Encarnación muestra un belén napolitano salmantino, coincidiendo con el cuarto centenario de su creación y para conmemorar las fiestas navideñas, según informa Patrimonio Nacional.
Las figuras del belén que se expone en el Palacio de Oriente están hechas al modo tradicional: cuerpo de alambre y estopa, cabeza de barro, extremidades en madera y están ataviadas con ricas telas.
También lo componen figuras al estilo genovés, fruto de sucesivas adquisiciones, que son articuladas con sistema de rótulas, de madera y vestidas también con tejidos suntuosos.
En su momento de mayor esplendor este belén contaba con 6.000 piezas con todos los accesorios animales y los adornos de las figuras o escenas: el portal, la posada, la taberna o el mercado.
Participaba toda la familia real, hasta la reina y sus damas colaboraban confeccionando indumentaria para vestir las figuras.
Las figuras son móviles para poder adecuarlas a las distintas escenografías según la composición elegida.
El horario es de lunes a domingo de 10 a 17 horas y cierra los días 24, 25 y 31 de diciembre, el 1 y el 6 de enero y los días de actos oficiales.
El belén del Monasterio de la Encarnación pertenece a las Agustinas Recoletas de Salamanca. Es la primera vez que este pesebre se muestra fuera de los muros del convento salmantino.
Este conjunto realizado en 1645 fue un regalo a las agustinas recoletas del VI Conde de Monterrey, Manuel Zúñiga y Fonseca, embajador en Roma y luego virrey de Nápoles por lo que conocía de primera mano los talleres de los escultores napolitanos y cuya hija Inés, era profesa en este convento.
Está situado en un escenario casero, la casa de Nazaret, una construcción charra del siglo XVII donde se vislumbra la vida cotidiana de Jesús. Se pueden contemplar los grupos compuestos por el Misterio, los Reyes, pastores y ángeles músicos.
Son figuras articuladas vestidas con los ropajes originales realizados en raso bordado con hilos de oro y plata.
Además se pueden contemplar también tres de los tapices de la serie "Los Hechos de los Apóstoles", depositados en el Monasterio desde su fundación para ser utilizados en determinadas ceremonias litúrgicas.

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