Marcelo Figueras: En castellano se puede escribir una gran saga de aventuras

  • El escritor argentino Marcelo Figueras, que ha viajado a España para presentar su último y extenso título, "El rey de los espinos", defiende en una entrevista con Efe que en castellano también se puede elaborar una gran saga de aventuras al estilo de las creadas por J.R.R Tolkien o George R.R Martin.

Barcelona, 18 oct.- El escritor argentino Marcelo Figueras, que ha viajado a España para presentar su último y extenso título, "El rey de los espinos", defiende en una entrevista con Efe que en castellano también se puede elaborar una gran saga de aventuras al estilo de las creadas por J.R.R Tolkien o George R.R Martin.

Argumenta que a todas las personas que no hablan en inglés se les "permite producir una cultura exquisita, con autores como Borges, pero ellos -en referencia a los anglosajones- se quedan con la ficción que consume todo el mundo, con todos los géneros".

A Figueras esa ficción de autores como los ya citados le "encanta" y la disfruta, pero siente la necesidad "de encontrar algo similar en Hispanoamérica".

"Necesito -prosigue- historias parecidas que reflejen y asuman nuestras circunstancias, que no son las mismas de las de alguien que vive en Nueva York".

En las 840 páginas de "El rey de los espinos" (Suma de Letras) el lector se adentrará por una Argentina regida por el miedo y la corrupción, en el año 2019, con cuatro héroes de un escritor de cómic recién fallecido que toman entidad física y se enfrentan con sus armas a las poderosas fuerzas antiterroristas del Gobierno.

En el texto subyace una crítica a los abusos de poder y a los totalitarismos que han ido asolando a la humanidad a lo largo de los siglos.

"Mi primer gran deseo con esta obra, que es un sueño desde que soy pequeño, es decir: aquí también podemos escribir una obra de gran aliento de ficción y género fantástico, próxima a nuestras preocupaciones", apunta.

Lo que ha hecho Figueras con los elementos clásicos tradicionales del género de aventuras es "ponerlos un poco de cabeza hacia abajo": el caballero medieval que aparece es homosexual, el pirata protagonista es "más bien asiático y adicto al opio", el vampiro que sobrevuela los textos responde a la mitología maya, y el explorador del futuro "se parece más a Toro Sentado que a Flash Gordon".

Por otra parte, hay una reflexión sobre el espacio "que nos moldea", lo que le ha llevado a rememorar que Buenos Aires es una ciudad fundada en "circunstancias inestables, sobre un pantano húmedo, lo que explica seguramente la melancolía de los porteños".

"Somos -prosigue- unas criaturas de pantano, acostumbradas a respirar oxígeno y agua a partes iguales, inevitablemente anfibios, de pisar varios terrenos a la vez".

El novelista advierte que aunque el lector se encuentre ante una historia "llena de ficción", no se esconde la "realidad más terrible, como que en Argentina, en los últimos cuarenta años, se tiene miedo a los jóvenes".

"Superada la dictadura, ese reflejo de sociedad patriarcal de querer aniquilar a los jóvenes volvió a reproducirse, pero ahora no por una cuestión ideológica, sino por una relacionada con la seguridad", explica.

En cuanto a que el libro se complemente con las ilustraciones del barcelonés Ricki Blanco, dice que "es algo natural, teniendo en cuenta que se trata de una obra con personajes del cómic y que ha acabado como una novela ilustrada, parecida a las que leía de pequeño".

Respecto a que haya apostado por un libro de más de 800 páginas, el escritor afirma que "ahora más que nunca el público agradece la inmersión en las ficciones de largo aliento, lo que explica también fenómenos como el auge de las series de ficción televisiva".

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