Marty Singer, el hombre que lava los trapos sucios de Hollywood

  • ¿Qué tienen en común Arnold Schwarzenegger, Steven Seagal, Bruce Willis, Nicholas Cage, Sharon Stone, Demi Moore o Rick Salomon, ex novio de Paris Hilton? Todos ellos figuran en la larga lista de clientes de Marty Singer, el abogado de las estrellas. Singer es conocido por sus dudosos métodos de investigación, su tenacidad y su capacidad para hacer que los medios se lo piensen dos veces antes de publicar una información negativa sobre sus representados.
Marty Singer, el más temido de Hollywood
Marty Singer, el más temido de Hollywood
Getty Images
Roberto Arnaz

Cuando el lunes pasado Charlie Sheen vio como la actriz de cine para adultos Capri Anderson le acusaba en televisión de no haberle pagado los 3.500 dólares acordados por sus servicios de compañía, ni se inmutó. El exitoso y polémico protagonista de la serie 'Dos Hombres y Medio' sabía perfectamente lo que debía hacer. Simplemente levantó el teléfono de su mansión en Malibú y problema resuelto.

Al otro lado del aparato estaba el abogado Marty Singer, sentado plácidamente en su despacho en la planta 24 de uno de los rascacielos más altos de Los Ángeles. Desde allí, con una amplia y privilegiada vista de la ciudad, se encarga de limpiar el nombre de las estrellas de Hollywood. Singer acepto el trabajo y comenzó a redactar una de sus famosas cartas. Y, como se suele decir en la Meca del cine, "recibir correspondencia de perro rabioso –como se conoce al letrado en la industria del entretenimiento– es lo peor que te puede suceder".

Apenas unas horas después de su aparición televisiva, la joven estrella del porno Capri Anderson se encontró ridiculizada y con una millonaria demanda por extorsión sobre el miembro más díscolo de la saga Sheen. "No puedo esperar al día siguiente para contestar. Me doy, literalmente, 15 minutos para responder. Soy agresivo y voy al grano".

Así se las gasta Singer, que si a sus 58 años se ha convertido en el abogado más temido de la industria del cine no es precisamente por sus métodos amistosos para resolver los conflictos. De hecho, le gusta presumir de haber amenazado con iniciar o haber interpuesto "más demandas por difamación en los últimos cinco años que ningún otro bufete del país".

Recibir una llamada de su despacho desata el terror entre los periodistas, los blogueros o los editores de prensa sensacionalista. "Cuando Marty llama, hay que escuchar", reconoce Harvey Levin, creador del nuevo imperio del chisme, la web TMZ. "No es una cuestión de miedo, es simplemente respeto", asegura Levin, quien, además de productor televisivo y azote de los famosos estadounidenses, es también licenciado en derecho.

Impedir la publicación de videos subidos de tono y desmentir a base de demandas noticias poco veraces o incómodas para sus clientes son las especialidades de perro rabioso Singer. "Puede que incluso alguna historia sea real pero, aún así, soy capaz de desmontarla", reconoce sin pudor. Sin embargo, a pesar de que parece disfrutar con su trabajo, el anhelo de este abogado que se enamoró de California en su luna de miel era convertirse en fiscalista y dedicarse a los impuestos de los famosos. "El mercado laboral estaba bastante mal cuando llegué", reconoce Singer, que decidió enrolarse en el departamento legal del periódico Los Ángeles Daily Journal hasta que en 1980 montó su propio despacho.

Tardó dos años en recibir el primer encargo de una estrella de cine. El malogrado cómico Richard Pryor le pidió que se deshiciera de su manager, después de que éste le estafase varios millones de dólares. Singer cumplió con su misión y Pryor se encargó de hacerle una buena promoción en Hollywood. Desde entonces, entre los protegidos de este pitbull de las leyes, nacido en Brooklyn y con un aspecto a caballo entre el mafioso neoyorquino y estrella de cine, están Arnold Schwarzenegger, Charlie Sheen, Angelina Jolie, Bruce Willis, Demi Moore, Britney Spears o Nicholas Cage.

Además, Singer fue quien evitó que el ex jugador de baloncesto Dennis Rodman fuese a la cárcel por propasarse con una camarera o de impedir que Sylvester Stallone fuese extorsionado por su servicio doméstico. También fue recientemente el encargado de mantener a los medios de comunicación a raya durante el lavado de imagen puesto en marcha por el golfista Tiger Woods tras su sonado escándalo sexual. Y todo por el módico precio de 400 dólares la hora.

Pero si algo diferencia a Singer de sus representados es que nunca le ha gustado ser el centro de atención. Apenas concede entrevistas, nunca sale en televisión y no contacta con los medios de comunicación a menos que sea para demandarlos por una información difamatoria. Además, sólo lucha contra la prensa del corazón de lunes a viernes. Nunca trabaja los fines de semana, esos los dedica enteramente a su familia.

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