Máscaras y esculturas milenarias muestran la África rural en extinción

  • Máscaras y esculturas milenarias de la África rural se muestran en Córdoba hasta finales de noviembre como símbolo de un arte invariable a lo largo de los siglos que ahora está en vías de extinción por efecto de la globalización y de la migración hacia las ciudades.

Córdoba, 20 oct.- Máscaras y esculturas milenarias de la África rural se muestran en Córdoba hasta finales de noviembre como símbolo de un arte invariable a lo largo de los siglos que ahora está en vías de extinción por efecto de la globalización y de la migración hacia las ciudades.

"África negra. Máscaras y esculturas tradicionales" es un intento de conservar este arte desarrollado para rituales tribales ya que "le queda poco tiempo", según ha explicado el comisario de la exposición y propietario de la piezas, Manuel Méndez.

La exposición, en la Sala Orive, muestra 39 piezas fabricadas en aldeas y poblaciones africanas que han perpetuado la manera de hacer de unas máscaras y esculturas que protagonizaban rituales de fertilidad, mágicos o religiosos.

En ese sentido, Méndez recuerda que nunca eran concebidas para actos lúdicos o con fin decorativo porque en el África negra "no existe el concepto occidental del arte por el arte".

En la exposición se puede apreciar las diferencias estilísticas de unas zonas a otras, desde figuras y máscaras esquemáticas a piezas muy naturalistas.

La simetría, la importancia de la cabeza y el torso frente a las piernas -que se suelen representar cortas y con menos detalle- son por otro lado el denominador común de estos objetos.

El comisario de la exposición ha detallado que este arte se ha desarrollado desde la prehistoria, utilizando para ello la madera como materia principal, aunque hay esculturas más antiguas en terracota y bronces de Benin.

Méndez lleva cerca de tres décadas coleccionando arte negro africano, una afición que comenzó cuando adquirió su primera máscara en una librería religiosa de la calle Sierpes, en Sevilla.

A raíz de ahí, consiguió ahorrar dinero para hacer varios viajes al continente africano y adentrarse en lo más profundo de las poblaciones rurales.

En estos viajes, descubrió que la mayoría de las piezas eran realizadas en sociedades masculinas y, aunque muchas representasen ideales femeninos, eran usadas por los hombres.

Esta exposición se plantea como un intento de difundir esta cultura, apenas conocida en Europa, y para luchar contra el olvido que amenaza al arte negro con raíces rurales. EFE

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