"Te estás estirando mucho"

Los Morancos y Pablo Motos revelan sus operaciones estéticas en 'El Hormiguero'

Los Morancos en 'El Hormiguero'. /L.I.
Los Morancos en 'El Hormiguero'. /L.I.

'El Hormiguero' empezaba la semana con la visita de Jorge y César Cadaval, más conocidos como Los Morancos. Los hermanos atendían la llamada de Pablo Motos para hablar de su espectáculo teatral 'X 40 +', con la que celebran cuarenta años en la profesión. Sumergidos en una gira por toda España, Los Morancos celebraban el éxito que están teniendo. "Va la venta de entrada maravillosamente", afirmaban.

Con su peculiar humor, la pareja de humoristas bromeaba sobre los retoques estéticos que se han hecho, tanto ellos como Motos, de quien comentaban que "se está estirando mucho". Jorge incluso le encontraba una comparación: "Estás ahora mismo entre Indurain y Kiko Matamoros". Por su parte, el humorista confesaba que se había tratado "los dientes, las orejas y los ojos". Tras estas bromas, César procedía a entregarle un regalo al presentador. Se trataba de un nazareno de Semana Santa hecho por "un amigo íntimo de Sergio Ramos".

Pablo Motos intentaba hablar de política con Los Morancos, pero con su toque humorístico evitaban pronunciarse, se limitaban a darse un abrazo "como Pedro Sánchez y 'El Coletas". Sin parar de hacer bromas, los invitados comentaban que usan su humor incluso en situaciones difíciles, como con enfermedades de algunos familiares. "Vosotros tenéis sentido de humor en el amplio sentido", respondía Motos, que destacaba que los dos hermanos pasaban por alto los límites marcados por la sociedad actual.

Con el título de "invitados platino" bajo el brazo, Los Morancos mostraban su faceta más deportista con unos vídeos de sus entrenamientos en el gimnasio. "El que diga que haciendo gimnasia no se tira un pedo es mentira", bromeaba Jorge, que le hacía una broma al presentador. "Te voy a adivinar lo que has hecho en los últimos tres días", explicaba el humorista mientras colocaba a Pablo Motos de manera que metía un dedo en un vaso colocado en el suelo. "Repite conmigo", le incitaba y Pablo repetía: "Pensamiento, pensamiento, el dedo en el agua y el culo al viento".

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