Los trapos sucios de las autobiografías del rock

Antonio Luque, que ahora es escritor además del músico popular que todos conocemos con el nombre de Sr. Chinarro, dijo en una presentación de su libro Socorrismo que cuando las estrellas del pop van peinado canas lo mejor es que se pasen a algo más reposado, como la literatura.

Pero si dar el salto de la composición a la ficción es demasiado mortal, existe una vía para colocar producto en las estanterías de libros: el género autobiográfico, que no deja de ser la versión ficcionada, mejorada, arreglada, de uno mismo.

El sobresaliente guitarrista Johnny Marr nunca pudo alcanzar tan altas cotas de brillantez como lo hizo con los Smiths, quizá porque encontró, y luego perdió, en la voz de Morrissey el complemento perfecto. The Smiths es un grupo tan importante para la cultura inglesa que los títulos de sus canciones llegan a usarse como armas arrojadizas parlamentarias entre el Primer Ministro y la oposición. Pero ninguna biografía del grupo ha convencido a Morrissey o a Marr tanto como para recibir el sello de oficial. Al igual que ocurría cuando, en su juventud, un productor hacía más caso a uno, el otro se picaba y le vetaba. Ni tan siquiera La alianza rota, célebre biografía escrita por Johnny Rogan en 1992 pero publicada en España el pasado mes de septiembre, fue aprobada por el guitarrista, pese a que sale mejor parado que su compañero.

El lucro de la intimidad

29 años después de la disolución del grupo, Johnny Marr cuenta en su Twitter que una editorial le ha ofrecido un trato "serio" para publicar una autobiografía y que aceptará el encargo, aunque eso suponga dedicarle menos tiempo a proyectos musicales como su grupo actual, The Cribs, o la colaboración en bandas sonoras, como la de Origen con Hans Zimmer, que está nominada a un Oscar. Esta noticia debería meter a Morrissey las prisas en el cuerpo, ya que por su parte también anunció hace tres años la escritura de sus memorias. Cuando ambos libros se publiquen, la historia del grupo que firmó The Queen is Dead volverá a ser un rompecabezas tan enigmático como lo fue en un principio.

Los grupos separados son como matrimonios divorciados. ¿Puede el otro resistirse a dar su punto de vista sobre la historia de sus deslices y pasiones? Por ello y tras la buscabroncas autobiografía de Keith Richards, los fans se preguntan cuánto tiempo tardará Mike Jagger en dar su réplica. Así, y en adición a las memorias del bajista Ron Wood, tendríamos tres puntos de vista de la misma historia.

La mejor historia de los trapos sucios de un grupo de rock está contada en la autobiografía conjunta de Mötley Crüe, que publicó en castellano Es Pop. Pero uno de sus cuatro miembros, el bajista y cerebro de la formación Nikki Sixx, ha decidido lanzarse en solitario a la creación literaria de no-ficción, espoleado por el éxito de Los trapos sucios, que en Estados Unidos vendió más que sus últimos discos. The Heroin Diaries son los cuadernos que Sixx escribió durante sus años de adicción a la heroína, con comentarios a día de hoy. Este nuevo cóctel de estupefacientes y rock'n'roll también se convirtió en un best seller. El 22 de marzo aparecerá en EEUU un nuevo libro de Nikki Sixx, This is Gonna Hurt, mitad álbum de fotos y mitad diario acerca de la intensidad y fiereza con la que vive su vida. El 1 de septiembre de 2010, también usando su Twitter, Nikki anunció que había terminado el libro y que le recordemos que, para el próximo, use "un negro".

Quien sí que usó los servicios de un escritor profesional invisible para escribir su historia privada es el televisivo ex líder de Black SabbathOzzy Osbourne, su I am ozzy. Confieso que he bebido será publicado este año por Global Rhythm. De pequeño, su padre le dijo que algún día haría algo grande, "¿acabarás haciendo algo muy especial o acabarás en prisión? El señor Orbourne no se equivocó, antes de cumplir la mayoría de edad Ozzy ya estaba entre rejas.

Sin traducir al español, las memorias de Kristin Hersh basadas en su diario, Rat Girl, pueden leerse en inglés publicadas por Penguin en Estados Unidos. Esta es la historia de una adolescente precoz que fundó el grupo Throwing Muses y cuya vida pronto se vio sacudida por el trastorno bipolar, la carretera y la maternidad.

Apetito para la destrucción literaria

De nuevo Es Pop ha publicado la autobiografía de otro rockero extremo, Slash. Con unos Guns N' Roses malrehabilitados por Axl Rose para un Chinese Democracy sin Slash, es hora de darle al grupo una segunda juventud con la literatura. Steven Adler, primer batería del grupo, ha revelado su versión de la historia en My Appetite for Destruction: Sex, and drugs, and Guns N' Roses, mientras que el bajista Duff McKagan, compañero de Slash también en Velvet Revolver, está escribiendo la suya y ya ha vendido los derechos a cambio de un anticipo de cuarto de millón de dólares. El libro de Duff arranca el día de 1994 en el que su páncreas reventó de tanto alcohol; a partir de ahí, las clásicas espirales de adicción y rehabilitación. A finales de enero, el músico reveló en su columna para el Seattle Weekly que había terminado la primera revisión del texto completo.

Tras años de sequía en este género que tanto colma la sed de curiosidades de los fans, España al fin se pone las pilas en lo que a traducciones se refiere. El libro de Mark Oliver Everett, de Eels, Cosas que los nietos deberían saber (Blackie Books) va por la octava edición. Lumen publicó el año pasado las memorias de Patti Smith sobre los tiempos en los que era novia del fotógrafo Robert Mappelthorpe, Éramos unos niños, mientras la cantante trabaja en una secuela ambientada en la misma época y que tratará sobre música.

El reto para la historia de la música de nuestro país sería contarse a sí misma, más allá de las traducciones. La nueva editorial 66rpm va a intentarlo, publicando este año la autobiografía de Burning, escrita por miembros antiguos y actuales del grupo de rock urbano.

Para terminar, una incógnita. A Kele Okereke parece no apetecerle regresar a la faena con Bloc Party ya que, tras su disco en solitario, ha anunciado que se ha encerrado a escribir, pero no ha querido precisar cuánto habrá de ficción y cuánto de no ficción. No es un problema, como en el resto de ejemplos aquí expuestos, los lectores también lo desconocen.