Noche de genios y virtuosos a la luz de las velas en la medieval Pedraza

  • La noche de la villa medieval de Pedraza ha vuelto hoy a convertirse en inmemorial, de ensueño, desde que han comenzado a sonar las primeras notas de virtuosos solistas del Covent Garden, bajo la batuta del búlgaro internacional Vasko Vassilev.

Aurelio Martín

Pedraza (Segovia), 6 jul.- La noche de la villa medieval de Pedraza ha vuelto hoy a convertirse en inmemorial, de ensueño, desde que han comenzado a sonar las primeras notas de virtuosos solistas del Covent Garden, bajo la batuta del búlgaro internacional Vasko Vassilev.

En un ambiente cinematográfico, cuando el atardecer se funde con la noche, mientras crece la intensidad cromática del azul, tras la torre románica de la iglesia de San Juan Bautista, solo las velas han terminado de iluminar hasta el último rincón de este conjunto histórico de estilo castellano.

Entretanto, con el reloj marcando las diez de la noche en el edificio consistorial, ha arrancado la sonata "El trino del Diablo", de Giuseppe Tartini, con nombre maligno para un título pero con música de ángeles que ha provocando una sensación imperecedera, para un público entregado en este especial entorno arquitectónico.

No falta un detalle en lo que parece un decorado gigante con más de doce mil figurantes, en esta ocasión el público que prácticamente ha cubierto las 2.000 localidades del aforo de la porticada plaza mayor, y el resto disfrutando de un paseo, que en el horizonte ofrece la imagen de un castillo, construido en el siglo XIII.

Entre los asistentes se encuentra la consejera de Agricultura de la Junta de Castilla y león, Silvia Clemente, junto a otras autoridades que esta tarde estuvieron pendientes de un incendio forestal, que quedó extinguido gracias a la intervención de tres helicópteros.

Hay más de un paralelismo con el cine, no en vano este municipio amurallado, de una sola entrada, cuyos orígenes se remontan al siglo XI, sigue siendo plató de rodaje, donde se han producido decenas de películas y anuncios publicitarios.

Desde "Campanadas a medianoche", de Orson Welles, a "Bolero", que aportó una visitante especial, como la actriz Bo Derek, o "El amor del capitán Brando", de Jaime de Armiñán, que fue vecino de la villa en sus temporadas de descanso, presentando a una joven Ana Belén ejerciendo de maestra en el final del franquismo.

La diferencia con la ficción es que los soberbios focos de los rodajes han sido sustituidos por 25.000 velas, que lucen con humildad pero proporcionan al visitante una placentera sensación de paz marcada por los sones de genios como Johann Sebastian Bach y su doble concierto para violín en Re menor.

Esta obra maestra del barroco y otras del repertorio de perlas del primer concierto, como la "Meditación de Thais", del compositor francés Jules Massenet y los "Aires gitanos" y "Navarra" del maestro Sarasate han tenido un protagonista especial: un violín Amati, de 1705.

Los solistas de la Real Opera House londinense han ido aportando magia a la noche rescatando piezas de genios mundiales y clásicos populares como Vivaldi, Schubert, Saint Saens, Tchaikovsky o Brahms, con los particulares toques del instrumento de la casa de la familia Amati, el primero conocido en producir una bella entonación de soprano.

Son ya 22 las ediciones de los conciertos de las velas, promovidos por la Fundación Villa de Pedraza, que se han convertido en una fuente de vida que mueve todos los resortes de la villa, que no alcanza el medio millar de habitantes, y de las localidades próximas, un foco de actividad económica y turística.

Todos los vecinos se afanan en los preparativos, cada uno enciende las velas que le corresponden y decora las fachadas de sus casas, en una muestra de solidaridad y esfuerzo colectivo, según comenta entusiasmado a Efe el presidente de la fundación, Francisco Javier Acebo.

La actividad tiene un buen fin, como terminar la rehabilitación del conjunto de Santo Domingo como centro cultural, donde esta temporada se han invertido ya 200.000 euros, para iniciar la reforma integral de las casas adyacentes a la antigua iglesia.

El público seguirá aún tratando de descubrir hasta el último rincón de la villa, entre callejas y caserones, con la sensación de estar tocando el cielo desde la tierra, entre lo divino y humano, como quiso plasmar en su cinta el director José Luis Cuerda, también hecha en Pedraza, donde ya huele a verano, con una temperatura que hoy superó los 36 grados a la sombra.EFE

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