"Ori", una desoladora mirada a la vida en Georgia tras la guerra

  • San Sebastián.- "Ori", el primer filme de ficción del realizador madrileño Miguel Ángel Jiménez, es una desoladora mirada a la vida de dos jóvenes georgianos tras la guerra que enfrentó a su país con Rusia hace poco más de un año.

Roland Emmerich y John Cusack pasan por San Sebastián con el filme "2012"
Roland Emmerich y John Cusack pasan por San Sebastián con el filme "2012"

San Sebastián.- "Ori", el primer filme de ficción del realizador madrileño Miguel Ángel Jiménez, es una desoladora mirada a la vida de dos jóvenes georgianos tras la guerra que enfrentó a su país con Rusia hace poco más de un año.

Esta película, cuyo presupuesto estaba destinado en un principio al rodaje de un documental, se ha presentado en la sección Zabaltegi-Nuevos Directores del Festival de Cine de San Sebastián.

Jiménez viajó con su equipo a Georgia con la intención de rodar imágenes sobre la guerra de agosto de 2008, pero el cese de las hostilidades poco después les hizo decidirse por una historia de ficción, que filmaron en apenas veinte días, con un guión preparado en poco más de dos.

Contaron para ello con ayuda de una empresa de aquel país, lo que la ha convertido en la primera coproducción cinematográfica hispano-georgiana, al menos no hay ninguna otra registrada, ha explicado Jiménez a Efe.

"Todo lo que conocíamos de la realidad lo intentamos trasladar al guión. Íbamos hablando con gente e improvisábamos", ha señalado el director, autor del documental "Días del abanico".

De este proceso nació "Ori", dos en georgiano, un título elegido para respaldar las dos historias paralelas que discurren por esta cinta: la de una joven de Tiflis que ve en el matrimonio una salida a su triste existencia, y la de un refugiado que llega a un pueblecito del Cáucaso porque los bombardeos han destruido su casa.

Jiménez ha construido su filme con largos silencios, lo que ahonda la percepción de unas existencias grises sumidas en la más profunda soledad.

La película comienza con la llegada en un taxi de un fotógrafo estadounidense a la zona, conducido por el novio de la joven protagonista, el cual ha colocado el dinero en lo más alto de su escala de valores.

En el lugar se encuentra también un autobús que recoge a un grupo de refugiados, al que sube el chico que va en busca de su tío.

A partir de ahí las historias se separan y no volverán a tener un nexo, aunque "el tono" las conecta "emotivamente".

"Hemos querido dar una visión de cómo estaban las cosas tras la guerra y mostrar también nuestra compasión por todo lo que esa gente tuvo que pasar", ha señalado.

La película, cuyos actores son todos georgianos, procedentes fundamentalmente del teatro, se rodó entre noviembre y diciembre del pasado año.

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