El Puerto de Santa María (Cádiz), 17 ago.- Encastada e interesante corrida de Fuente Ymbro en la que lo más interesante ha sido la raza de Padilla y el buen momento que atraviesa Antonio Ferrera, que cortaron una oreja cada uno.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Fuente Ymbro, aceptables de presentación, con temperamento y casta aunque de juego desigual.
Juan José Padilla, silencio tras aviso y oreja.
Antonio Ferrera, oreja y vuelta tras aviso.
Manuel Jesús "El Cid", silencio y silencio.
La plaza tuvo algo más de un cuarto en tarde de viento de levante.
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RAZA Y TORERÍA CONTRA EL VENDAVAL
El primero de Padilla fue un toro con temperamento. Tras banderillear con Ferrera, la faena se fue disolviendo a consecuencia del viento que molestó. Falló con los aceros.
En su segundo toro, Padilla fue a por todas. Espectacular con las banderillas, su faena estuvo acompañada de mucha entrega y quietud por ambos pitones. Remató con circulares y desplantes. Estocada casi entera y oreja.
Antonio Ferrera estuvo bien con el capote en su primero, siempre muy torero a pesar del viento que levantaba el percal. Un quite por chicuelinas y una media salerosa para rematar propiciaron los aplausos del respetable. Gran tercio de banderillas junto a Padilla, que cuadró un par perfecto y con un tercer par de Ferrera por los adentros increíble.
Faena importante de Ferrera, ayudándose con el estoque, cuajó algunos naturales importantes. Una pelea lidiadora en la que el torero se sobrepuso a la inclemencia de las rachas de aire. Importante actuación.
El segundo de su lote rompió hasta en cuatro ocasiones las tablas. Muy encastado. El tercio de banderillas fue un prodigio de valor y conocimiento de los terrenos. En uno de los derrotes del toro en las tablas, el banderillero Juan Carlos de Alba fue prendido sin consecuencias a pesar de quedarse a merced de toro durante unos segundos eternos.
El trasteo con la muleta fue una lucha de poder en la que ganó sobradamente el torero. Hubo muletazos bellísimos, con la embestida del toro hilvanada en los flecos de la muleta. Una bonita faena donde el dominio dio paso al arte y al toreo caro. Finalmente fue emborronada con un pinchazo y una estocada haciendo guardia.
El Cid también se sintió muy molesto con el aire. Su primer toro tuvo la tendencia de puntear y tropezaba con la muleta del torero de Salteras. En su segundo tampoco hubo suerte. Bronco el toro, se quedaba abajo de cada muletazo, y El Cid abrevió.
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