Pedro Zarraluki: Escribir cuentos es como crear perfumes

  • El escritor Pedro Zarraluki, ganador del Premio Nadal 2005, acaba de publicar "Te espero dentro", una recopilación de cuentos que sitúa a diferentes personajes en puntos de inflexión vitales, unas escenas que el escritor barcelonés ha tejido con una narrativa refinada y con la sutileza de un "perfumista".

Júlia Talarn

Barcelona, 14 feb.- El escritor Pedro Zarraluki, ganador del Premio Nadal 2005, acaba de publicar "Te espero dentro", una recopilación de cuentos que sitúa a diferentes personajes en puntos de inflexión vitales, unas escenas que el escritor barcelonés ha tejido con una narrativa refinada y con la sutileza de un "perfumista".

"Al escribir un cuento te sientes como un perfumista" cuando crea una fragancia, explica el autor en una entrevista con Efe, en la que reflexiona sobre su cuarto libro dedicado a este género.

"Te espero dentro" (Destino) recopila 12 elegantes y tiernos relatos que se adentran en instantes trascendentales de la vida de unos protagonistas que volverán a tomar las riendas de unas vidas que parecían haber tocado fondo.

Unas escenas tejidas desde perspectivas muy cinematográficas y en las que el lector se sumergirá de forma sigilosa, consciente de presenciar unos sucesos que "cambiarán para siempre la vida de los personajes que las habitan".

Dos hermanos que se dan cuenta de que ya no pertenecen a la vida rural de sus padres, una niña que enseña a su padre a escapar de los problemas, una mujer que encuentra su pasado en una postal o un simple beso en la frente, son, en palabras de su autor, pequeñas "tonterías" que representan un punto de inflexión en unas vidas "de las que sus protagonistas querían escapar".

A diferencia de "Un encargo difícil", novela que le supuso ganar el premio Nadal 2005 y en la que sus personajes simbolizaban un canto a la vida, "Te espero dentro" es, según su autor, una "alabanza a la resistencia", ya que en todos los relatos sus personajes reaccionan ante circunstancias adversas.

"Me gustaría que el lector tuviera imágenes visuales de mis cuentos y pudiera ver a los personajes respirar", ha destacado el escritor barcelonés, quien explica que la vivacidad de sus historias surge de la plasmación de "pedacitos de mi realidad".

Zarraluki, que ha tardado 4 años en escribir esta recopilación, indica que sus escenas están compuestas con la ayuda de herramientas cinematográficas, como la división por escenas que podemos ver en "Espera de un milagro" o la recreación del despegue de un avión desde perspectivas diferentes, en su anterior novela "Un encargo difícil".

Unos sucesos que emanan de la capacidad de observación e imaginación del escritor pero otras, como el cuento "Teoría del saltamontes", en el que se cuenta la historia de una mujer que no comprende las películas porque no entiende "las elipsis", parten de sucesos reales que alguien contó algún día al autor y que le dejaron impactado.

Reales o ficticias, Zarraluki consigue insuflar humanidad a los protagonistas de sus historias que, a diferencia de la novela, tienen mucho menos tiempo para desvelarse, lo que lleva al autor a situar a sus personajes en "momentos fundamentales de sus vidas".

Para Zarraluki, que combina la escritura con clases de escritura en el Ateneu Barcelonés, el trono de los "reyes del cuento" estaría compartido por el escritor ruso Antón Chéjov y el francés Guy de Maupassant, aunque también ha remarcado la calidad de los relatos breves españoles, un género que, a su parecer, estaría encabezado por el gaditano Felipe Benítez Reyes y el madrileño Eloy Tizón.

Preguntado por el estado del cuento a nivel internacional, Zarraluki destaca el impulso que ha proferido al mundo del relato breve el Nobel concedido a Alice Munro, lo que hace que hace que este género esté pasando por "un buen momento".

Un género que, según el escritor, representa un "desafío maravilloso" para todo escritor que se enfrente a él, pues se trata de "la forma más refinada de la narrativa", con una prosa que obliga a sintetizar la "esencia" de la historia, al igual que las notas condensadas en un perfume.

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