Pérez y De Ribot creen que el espejismo del éxito no solo habita en Hollywood

  • A pesar de que su último trabajo hable de la frustración de unos actores en Hollywood, los cineastas españoles Óscar Pérez y Mia de Ribot consideran que la "meca del cine" no es el único lugar que sirve de escenario en la búsqueda de un éxito que al final termina siendo un espejismo.

Miguel Cabanillas

Venecia (Italia), 6 sep.- A pesar de que su último trabajo hable de la frustración de unos actores en Hollywood, los cineastas españoles Óscar Pérez y Mia de Ribot consideran que la "meca del cine" no es el único lugar que sirve de escenario en la búsqueda de un éxito que al final termina siendo un espejismo.

En una entrevista con Efe en Venecia, en cuyo festival de cine presentaron hoy su último trabajo, "Hollywood Talkies", dentro de la sección paralela "Horizontes", los dos directores explican que la historia de su filme, acaecida hace 70 años, puede ser extrapolable también a la actualidad y a muchos ámbitos.

"La nuestra es una historia universal, más allá de que siga habiendo un Hollywood, de que siga habiendo gente que quiera ir a triunfar a Hollywood. Hay muchos otros Hollywood a parte del Hollywood que conocemos", afirma Pérez.

El filme habla "de ese momento de juventud en el que crees que todo es posible y no te das cuenta de que estás en la cima, hasta cuando empiezas a bajar. Hasta entonces no ves que ya no hay nada más arriba, que el camino que queda es desaparecer", añade.

De Ribot afirma que la metáfora que quiere transmitir su "Hollywood Talkies", que ilustra la historia real de un grupo de jóvenes actores de España que partieron hacia Los Ángeles hace 70 años con el deseo de convertirse en estrellas, es también la del ser humano que va perdiendo su identidad.

"Nosotros tomamos a una serie de personajes que están en su momento de máximo esplendor, de juventud, de esperanza. Todo lo que tiene que venir es como una gran promesa y, de pronto, se encuentran con que no todo es como esperaban y acaban engullidos por el gran engranaje de la industria de Hollywood", comenta la cineasta.

Entre esos otros lugares y profesiones en los que se puede ver ese mismo proceso de ascenso y descenso, de ilusiones y frustraciones, se encuentra, según De Ribot, el mundo del fútbol y el propio Festival de Venecia, escenario de un glamour que hace que pienses que has llegado a la cumbre, pero que tiene luces y sombras.

"Es el juego de la luz y las sombras: el cine es irreal. Lo que vemos ahí no son las personas, es una imagen de ellas. De hecho, cuando aparece el cine, la obra de arte empieza a perder su unicidad. Cuando vas a ver la última película de George Clooney vas a ver una copia. No es la original, porque hay una copia exactamente igual que se está pasando en EEUU", dice Pérez.

"Y la sociedad tira hacia aquí, no por el cine, pero sí que el individuo está tendiendo a desaparecer. Es un engranaje, digamos, capitalista", añade.

A pesar de lo que se pueda interpretar en sus palabras, los dos cineastas niegan que exista en ellos ningún tipo de escepticismo de cara al cine, pues es una de sus pasiones y una "herramienta súper útil", según la califica De Ribot.

"Pero la persona, aunque tiene muchas libertades y parece que lo ha conseguido todo, está llegando a un momento que parece que ya no importa. Solo somos individuos en una masa. (El filme) es casi como un reclamo para pensar adónde estamos llegando. Esto sucedió hace 70 años y ahora estamos haciendo lo mismo. Los jóvenes están en el mismo contexto, en la misma encrucijada", apunta la directora.

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