CASTILLA Y LEÓN.-La obra pictórica de Dolores Román podrá visitarse desde mañana en la sala de exposiciones de Caja Duero en Vallado

  • La obra pictórica de la artista salmantina afincada en Burgos Dolores Román podrá visitarse desde mañana y hasta el día 29 de marzo en la Sala de exposiciones de Caja Duero en Valladolid, ubicada en la plaza de Zorrilla, 3, en horario de 19.30 a 21.30 horas de lunes a sábados.

VALLADOLID, 17 (EUROPA PRESS) La obra pictórica de la artista salmantina afincada en Burgos Dolores Román podrá visitarse desde mañana y hasta el día 29 de marzo en la Sala de exposiciones de Caja Duero en Valladolid, ubicada en la plaza de Zorrilla, 3, en horario de 19.30 a 21.30 horas de lunes a sábados. Según informaron a Europa Press fuentes de Caja Duero, esta exposición ha itinerado por las salas de Caja Duero de Salamanca, Palencia, Zamora, Zaragoza y Soria. Según destaca Alberto C. Ibáñez Pérez en el díptico diseñado con motivo de la muestra, Dolores Román muestra en las obras expuestas un "nuevo sentido del color, riguroso siempre", a lo que se suma que ha "depurado su expresión" con registros "que sugieren esperanza, melancolía, añoranza, nunca tristeza, jamás grito desaforado". Esta pintura, a su juicio, está hecha para ofrecer una realidad "hecha de episodios pasados y presentes, profundamente vividos, con colores que sin pérdida de su capacidad de decir han ido afinando su modo de hacerlo, caminando con su autora desde la claridad del mediodía a la seria evanescencia de cualquier atardecer". En sus paisajes, según Ibáñez Pérez, la artista "no traza ni busca caminos de esos que no van ni llevan a ninguna parte" ya que se trata de una obra hecha "sabiendo la autora dónde quiere ir" y, con ella, invita a caminar "al país de la sensibilidad en el que las cosas y las palabras recuperan la mesura y el camino se hace con el regocijo de la andadura y la seguridad de la llegada". Por ello, aseveró, "nunca" falta la sorpresa insinuada en cada cuadro "en un sutil juego de parecer ser y no ser lo que parece, de ser y no ser lo que a uno le parece y cree que es", juego en el que al final cada uno acaba "encontrando su paisaje, el que más le guste", incluso ese paisaje "presentido y nunca visto que, como estos de Dolores Román, soñamos llenos de color sin excesos cromáticos y de fuerza sin violencia alguna, en los que la figura humana se presiente". Por ello, concluyó, la obra hace "repensar" cosas de las que, añadió, es preciso olvidarse "cuanto antes" para facilitar que la pintura, "fruto de la sinceridad del ser, de la sabiduría de estar y del bien saber querer y hacer", permanezca en la memoria.

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