Posada del León de Oro, pasado actualizado

  • Diecisiete habitaciones de diseño en un edificio del 1893. La Posada del León de Oro vuelve a abrir sus puertas después de casi diez años en el barrio de La Latina, convirtiéndose en uno de los hoteles con más encanto de Madrid.
Posada El León de Oro
Posada El León de Oro
lainformacion.com
Alessia Cisternino
Alessia Cisternino

No han pasado más de dos meses desde su inauguración y sus habitaciones todavía huelen a pintura, a madera, a nuevo. La Posada del León de Oro, uno de los edificios históricos de Madrid (forma parte del catálogo de establecimientos centenarios, según consta en la Cámara de Comercio) vuelve a abrir sus puertas después de casi diez años en la Cava Baja, una de las calles con más personalidad de Madrid y uno de los centros neurálgicos de sus noches.

La Posada del León de Oro, propiedad de la cuarta generación de la familia Sanz Montero y gestionada por el posadero Óscar Lucas, estuvo funcionando ininterrumpidamente de 1893 a 2001, cuando tuvo que rendirse delante de la avanzada de los hoteles. En aquellos años en los que estuvo abierta fue una parada obligatoria para los queseros castellanos, los vendedores de miel y los charcuteros que pasaban allí largas temporadas, dado que también se utilizaba como almacén. En los 60, fue escenario de películas como Don Lucio y el hermano Pío o Como el viento solano.

En esos tiempos la Posada del León de Oro tenía casi el doble de las habitaciones de ahora: 17 mini apartamentos que se asoman a una preciosa corrala iluminada por un lucernario, cada uno decorado de una manera diferente por el estudio de diseño Dos Decorando, formado por las diseñadoras Pilar López Jurado e Isabel Cortés.

Entre todas las habitaciones, las que más se adaptan a una escapada romántica son las dos abuhardilladas, en la tercera planta: una en blanco y negro y la otra en las tonalidades del lila. Ambas tienen una bañera hidromasaje en el centro de la habitación y una vista a los techos del centro de Madrid. Las buhardillas, eso sí, cuestan algo más que las otras habitación cuyo precio ronda los 119 euros de media.

La Posada del León de Oro aprovecha su reapertura para estrenarse también como enotaberna, donde se sirven cuatro tipos de desayunos (el más barato vale 2.40 euros), un menú a precio fijo de lunes a viernes, y donde se puede almorzar y cenar en un restaurante a la carta que "flota" sobre los restos de una muralla cristiana del siglo XII. El jefe de cocina se llama Juan Gabaldón y se preocupa de que cada día, entre otras cosas, lleguen a cada mesa tres variedades de pan fresco: de hogaza, de pasas y nueces y de tomate.

También se organizan catas de vino y en el caso – bastante frecuente – de que nos guste un vino que hayamos probado durante las catas o durante una cena en el restaurante, en la planta de abajo también es posible elegir entre alrededor de 300 referencias de vinos nacionales. La primera posada en reabrir sus puertas en la Cava Baja, sin duda uno de los sitios con más encanto de la capital.

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