Rafael Chirbes critica el "arte bufón" en el ensayo "Por cuenta propia"

Barcelona.- El escritor Rafael Chirbes mantiene su tono crítico con el poder político y cultural en "Por cuenta propia" (Anagrama), un ensayo donde se expresa desde "la perplejidad más dura" y en el que reniega de la complicidad de la literatura con el poder.

Chirbes rescata así la afirmación del poeta y dramaturgo ruso Vladimir Mayakovski de que "ya es hora de que el arte deje de ser el bufón de la corte" y defiende el papel de la literatura como instrumento para reflejar una sociedad y un tiempo.

Con el subtítulo "Leer y escribir", Rafael Chirbes resume el tono de su ensayo, que es a la vez un análisis de sus obras de referencia, una incursión en los temas de la actualidad que le preocupan y una reivindicación de la buena literatura, la que, según él, busca reflejar los mecanismos que mueven el mundo.

"Por cuenta propia" son los textos de "un escritor insumiso" al que "le resulta éticamente imposible callarse", ha observado el editor de Anagrama, Jorge Herralde, durante la presentación del ensayo esta mañana en Barcelona.

Herralde ha descrito el estilo de Chirbes como "una mirada crítica que le causa no pocos enemigos en los círculos del poder político y cultural", explicación que Chirbes ha complementado clamando en contra de la literatura "consoladora".

Durante la rueda de prensa, Chirbes ha observado que "la literatura ha perdido su papel de testigo público" porque el escritor concibe temas como "la muerte, la enfermedad y el sexo como espacios privados" en lugar de convertirse en "el animal que secuestra las palabras de la tribu".

Por otro lado, Chirbes ha reconocido que a menudo "el escritor expresa cosas íntimas que luego resulta que son males de nuestro tiempo".

El escritor valenciano dedica la primera parte del ensayo, "Maestros", a comentar las obras de Cervantes y Galdós, y la segunda, "Contemporáneos", a reivindicar autores contemporáneos como Juan Marsé, Carmen Martín Gaite o Manuel Vázquez Montalbán, a cuyo amor por la cocina y la literatura dedica Chirbes un capítulo entero.

A pesar del gran número de citas y referencias a otros autores, Herralde ha apuntado que el lector encontrará en el ensayo la "poética del Chirbes novelista, con pinceladas sobre sus propias obras".

El mismo Chirbes es claro en este sentido: "El libro da algunas claves sobre la tradición literaria en la que me muevo y sobre mi visión del mundo" e ironiza "que no sé cuál es porque cada vez que intento explicarla se me va".

Esta visión cambiante y siempre crítica la refleja el autor en una tercera parte titulada "Memorias y maniobras", que no es otra cosa que un compendio de artículos y conferencias que el escritor ha escrito y dado en los últimos años.

En este sentido, Chirbes ha destacado el papel de la escritura diciendo al decir que "escribo porque necesito saber quién soy y aprendo lo que soy escribiendo".

De entre los temas que trata en sus conferencias, destaca su singular visión de la memoria histórica, de la que Herralde ha dicho que va "a contracorriente de otras interpretaciones en boga", comentario que Chirbes ha corroborado afirmando que "no hay una recuperación de la memoria ni la hubo, y si puede haberla será en el sentido más callado y menos público".

Chirbes, que estudió Historia en la universidad, ha hablado también del papel que ésta tiene en la literatura y ha señalado que "en cada época se lee de una manera y nosotros no somos otra cosa que producto de la historia".

Rafael Chirbes es autor de varios ensayos y de ocho novelas entre las que se cuentan "Mimoun", "La larga marcha", "La caída de Madrid" y, la última, "Crematorio", por la que recibió el Premio Nacional de la Crítica 2007.