"Regreso a Ithaca", el desencanto cubano contado en una azotea de La Habana

  • El director francés Laurent Cantet vuelve a sumergirse en el universo cubano con "Regreso a Ithaca", una narración teatral en la que cinco personajes escenifican, desde una azotea de La Habana, el desencanto de la generación que creció con la revolución castrista.

San Sebastián, 26 sep.- El director francés Laurent Cantet vuelve a sumergirse en el universo cubano con "Regreso a Ithaca", una narración teatral en la que cinco personajes escenifican, desde una azotea de La Habana, el desencanto de la generación que creció con la revolución castrista.

"Regreso a Ithaca", tras su paso por Venecia donde obtuvo el premio Venise Days, llega a la sección "Perlas" del Festival de San Sebastián, un certamen que el Cantet conoce bien porque presidió el jurado de la Sección Oficial en 2009.

Para presentar la película han estado hoy en la capital guipuzcoana su director y cuatro de los actores del reparto, que, según ha reconocido Cantet a Efe han visto hoy la película por primera vez.

Con este trabajo, el realizador que ganó la Palma de Oro en Cannes por "La clase", ha querido "dar voz a los cubanos" para hablar de sus sentimientos y de sus desilusiones

Basada en el libro de Leonardo Padura, "La novela de mi vida", que es también guionista de la película, sitúa a los cinco personajes principales, encarnados por Jorge Perugorria, Isabel Santos, Fernando Hechevarria, Néstor Jiménez y Pedro Julio Díaz Ferrán, en la terraza de un edificio de la capital cubana.

La reunión se debe a la vuelta a la isla de uno de ellos, que ha residido 17 años en España y decide volver a instalarse en Cuba, una decisión que el resto de sus amigos reprueba.

Los amigos, todos ellos en la cincuentena, beben, fuman, comen y sobre todo hablan, hablan mucho, de sus recuerdos, de la "época especial" en la que el Gobierno cubano prohibió escuchar a los Beatles.

La añoranza de la juventud va dando paso a los reproches y las cuentas pendientes de unas vidas en las que nadie parece haber acertado.

Cantet ha señalado que tras su primera experiencia en Cuba, donde rodó la película colectiva "Siete días en La Habana" hace dos años, quedó fascinado por el país y por las gentes que conoció por lo que acordó con Padura volver a trabajar juntos en un largometraje.

"Trabajamos en el guión" del filme, en el que también han hecho sus aportaciones los actores, "porque era interesante escuchar sus historias, ya que todos ellos son protagonistas de la denominada 'generación perdida' cubana", que se crió con la revolución castrista y ha vivido el desengaño de sus ideales de juventud.

Cantet ha recurrido a un formato teatral ya que no quería hacer una película "paisajística" sino concentrarse "en dar la palabra" y filmar las emociones que reflejan las caras de los actores.

La fuerza interpretativa fue tal, señala, que durante el rodaje Cantet se emocionó "hasta las lágrimas" en varias ocasiones, ha asegurado.

El fondo de la película es, sin embargo, universal ya que el realizador reconoce que "como francés ha podido comprobar las desilusiones de las que hablan o experimentar el sentimiento de haber sido traicionado".

Preocupado por el futuro de las películas porque la industria "cada vez se concentra más en las grandes producciones", Cantet cree que el debate actual reside en "dónde se va a proyectar el cine", una disyuntiva ante la cual tiene claro que prefiere la gran pantalla a una tableta electrónica, a pesar de que por ello le califiquen de "dinosaurio".

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