Rey Rosa dibuja en su novela "Los sordos" la Guatemala "clasista y violenta"

  • Jose Oliva.

Jose Oliva.

Barcelona, 16 sep.- El escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa ha escrito una suerte de "thriller" con su última novela, "Los sordos", en la que, según explica, utiliza como "telón de fondo" la "clasista, compartimentada y violenta" sociedad guatemalteca.

El punto de partida de "Los sordos" (Alfaguara) son dos desapariciones, la de un niño sordo en un pueblo del interior guatemalteco y la de Clara, hija de un banquero rico, y a lo largo de la novela se esclarecen las conexiones entre ambos sucesos.

Estas tramas son, confiesa el autor a Efe, "pura ficción" y, como siempre sucede con sus libros, la semilla de la narración es un personaje que comienza a imaginar "y a ver desenvolverse, y que va generando su propia realidad; todo ello en un contexto guatemalteco totalmente real, dominado por caciques, banqueros y muchos guardaespaldas".

De hecho, bromea Rey Rosa, "Guatemala es el país que tiene más guardaespaldas per cápita del mundo".

El personaje que genera toda la historia es Cayetano, que por influencia de tío Chepe deja su pueblo y a su amada Irina para ser el guardaespaldas de Clara, de quien se enamora.

La acompaña a sus clases en la universidad y gracias a ella adquiere el gusto por la lectura. Le atrae la vida oculta que lleva la joven, pero descubrirá que Javier, el abogado de la familia -un hombre casado- tiene una relación con ella; y ante la desaparición de Clara y la resignación de todos al no encontrarla, será el único que proseguirá en su búsqueda hasta dar con una respuesta.

Cayetano, señala Rey Rosa, "rompe con el estereotipo de matones y rudos de los guardaespaldas y, de hecho, muchos vienen del campo, del oriente de Guatemala, y suelen ser campesinos no indígenas, que tienen mucha familiaridad con las armas".

Acepta el escritor guatemalteco que "Los sordos" es un "thriller", pero no diría que es una novela de género: "Me gustaría escribir una verdadera novela negra algún día, pero esta obra sería marginal en el género".

Contada desde distintos puntos de vista, incluido el de Cayetano, la novela pretende de este modo "contraponer dos puntos de vista para acercar al lector a la realidad, y aunque la línea principal es la visión de Cayetano, que entiende lo que le pasa de una manera muy básica, es necesario proporcionar otras visiones, como las de las clases altas, a las que él no tiene acceso, y así evitar que la historia sea hermética", apunta el autor.

La sociedad que describe Rey Rosa en "Los sordos" es "algo horrible, muy clasista, compartimentada, violenta, que, vista desde fuera, desde un punto de vista sociológico, es muy dura; una de esas sociedades que dan lugar a personajes heroicos y que no creo -dice- que mejore".

Esa dureza, sostiene Rey Rosa, crea un tipo de personajes que no existen en lugares más apacibles, y en ese ambiente el arte se convierte en una especie de refugio y en un "alimento espiritual", porque "la otra alternativa es la religión, pero no me parece tan bella".

El recurso al género epistolar permitía contextualizar el mundo de Cayetano y, al mismo tiempo, pintar el fondo social en el que se movía la historia, señala.

Además de mostrar el impactante grado de violencia de la Guatemala actual, el fracaso del sistema de justicia del Estado, el autor de "Otro zoo" o "El material humano" también aborda en "Los sordos" el eterno retorno a las costumbres ancestrales de los mayas en su país natal, donde "la mitad de la población no habla español".

"La sociedad maya transcurre en una dimensión diferente de la realidad occidental y, aunque los capitalinos niegan a menudo esa parte de su propia historia, los mayas tienen un sistema judicial propio, recogido en la propia constitución, que no se solapa con el sistema judicial del Ministerio Público.

Rodrigo Rey Rosa anuncia que su siguiente novela estará de nuevo ambientada en Guatemala -"es lo que conozco"- y a pesar de que en la actualidad vive en el país centroamericano después de haber estado 15 años fuera, no descarta volver a marcharse una temporada, porque "las cosas han empeorado, ya que la extrema derecha se ha aliado con el gran capital y ha declarado el país gran explotación minera".-

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