Sandrine Estrade Boulet: magia en la calle

  • Bajo su especial mirada un cono de obra se convierte en el sombrero de una bruja, un paraguas roto en la falda de una chica y unas bolsas de la basura en malhechores pillados por la policía. Viaje en el mundo fantástico de Sandrine Estrade Boulet.
Un lugar fantástico donde cada cosa es lo que parece, aunque no lo sea
Un lugar fantástico donde cada cosa es lo que parece, aunque no lo sea
Sandrine Estrade Boulet
Alessia Cisternino

No es una artista callejera, pero después de su intervención la calle ya no parece la misma. Tiene casi 41 años y sin embargo es una joven artista. Pero sobre todo Sandrine Estrade Boulet es un hada que a través de su cámara, de sus pinceles o de su ordenador convierte la calle en un lugar fantástico donde cada cosa es lo que parece, aunque no lo sea. Todo empezó hace más o menos dos años cuando estaba trabajando en el sector publicitario y de repente un día "algo" tocó a las puertas de su mente diciendo: "Toc toc, despierta, tienes casi 40 años". Desde entonces esta artista parisina se ha convertido en uno de los probables nuevos centros de atención del mundo del arte– ya ha expuesto en Paris y espera poderlo hacer pronto también en España – gracias a un trabajo irónico, fresco, divertido, que llega directo al espectador, como un flechazo.

"Mi trabajo es simple y está basado en la contemplación del mundo que nos rodea cada día. Cualquier cosa está viva para mí. Básicamente quiero entretener a la gente y divertirme" explica Sandrine Estrade Boulet. "Lo que hago es andar por la calle y mirar arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda. Trabajo "por flashes". Veo algo: un árbol, basura abandonada en una esquina, un niño, una piedra... Cualquier cosa puede ser una fuente de inspiración".

Luego hace una foto o miles de fotos, vuelve a su casa y se pasa un buen rato dibujando a mano o con el ordenador convirtiendo así un vaso de plástico en un empleado del mes tumbado y echando un liquido rojo que parece sangre por su extremidad superior, unas bolsas de la basura en malhechores sorprendidos por una redada, unos penachos de hierba en una acera en los pon-pon de una animadora y un cono de obra en el sombrero de una bruja.

"Me interesa trabajar mezclando diferentes herramientas: la fotografía – que es como mirar el mundo a través de los ojos de un adulto, un mundo real y a veces duro – y el dibujo – que es como mirar el mundo a través de los ojos de un niño. Se trata de crear y pasárselo bien y sé que tengo razón cuando enseño mi trabajo a mis amigos o a mis hijos y se echan a reír. Lo que intento suscitar con mi trabajo es gracia, falta de seriedad, felicidad mixta a poesía, algo de sarcasmo y que cada uno de ría de sí mismo".

Hacer arte para divertirse y para divertir, para sacar a la luz con inteligencia e ironía pequeños detalles de los que están abarrotadas las calles y de los que sin embargo no nos damos cuenta por falta de tiempo, de atención o simplemente de fantasía. "Las calles y las ciudades – explica Sandrine – son fascinantes porque allí la vida está en cada detalle. Se trata de lugares realmente monocromático y colorearlos y divertirme con ellos es una parte de lo que me gusta hacer. Sin embargo me gusta también el campo, la orilla del mar, los animales, las piedras, las nubes, el cielo, las ferias, la gente, los niños o los extraterrestres. O me puedo obsesionar con cosas tontas como una esponja o los objetos útiles e inútiles de todos los días. Cualquier cosa en cualquier momento, como he dicho antes, es una fuente de inspiración".

Lo dicho: una especie de hada que no se sabe resistir a la tentación de tocarlo todo con su barita mágica, ni siquiera cuando se trata de la galería en la que está exponiendo su trabajo. Cuenta Sandrine que en su última exposición decoró la acera de la entrada de la galería, el suelo de la misma y que transformó las lámparas en secadores de pelo para mujeres y en bailarinas, con el objetivo de que la gente mirara no sólo lo que estaba colgado en la pared, sino también lo que estaba a su alrededor, arriba y abajo, a la derecha y a la izquierda. Tal y como hace ella cuando pasea por la calle e inmortaliza con su cámara todo lo que luego convertirá en algo más divertido y más bonito.

"Hice un montón de fotos en Barcelona y en Nueva York y me pondré a trabajar en ellas en septiembre y sí, claro que me gustaría ir España y exponer mi trabajo allí…ahora, si alguna galería está interesada, ¡que se sientan libres de ponerse en contacto conmigo y serán bienvenidos!". Así que quizás con un poco de suerte podamos ver pronto el trabajo de Sandrine Estrade Boulet en nuestro país, mientras tanto, como dice ella, "cualquier cosa pase, cualquier cosa veas o no veas en la calle cada día, abre los ojos y sé curioso".

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